En la Primera Maraña dialogamos con Johana Coluhan, prima de Rafael Nahuel y testigo del asesinato del joven en la zona de Villa Mascardi en 2017. Habló sobre el juicio que se está desarrollando, y la actualidad de la comunidad mapuche
El pasado martes 24 se realizó una inspección ocular en el territorio donde fue asesinado Rafael Nahuel, en el marco del debate judicial que inicio hace dos meses y tiene a cinco uniformados de la Prefectura Naval Argentina procesados por el delito de “homicidio calificado”. Se espera la lectura de la sentencia el próximo 22 de noviembre.
En el programa radial La Primera Maraña, una coproducción de Pulso Noticias y Radionauta, dialogamos con Johana Coluhan, prima de Rafita y testigo del asesinato del joven en el Lof Lafken Winkul Mapu sobre los diversos acontecimientos que afectan a la comunidad mapuche en Furilofche – Bariloche.
Johana estuvo al lado de Rafa cuando recibió el disparo por su espalda, y ella también sufrió el impacto de una bala de plomo en su hombro izquierdo. Todo lo que vivió lo declaró en calidad de testigo presencial en el juicio que inició hace dos meses, en el Tribunal Federal de Fiske Menuco (Gral. Roca). La justicia decidió de manera arbitraria desarrollar el debate judicial a más de 500 kilómetros de donde sucedieron los hechos.
– ¿Cómo se desarrolló la inspección ocular?
Al principio no dejaban subir a otros también lamien que querían estar en la parte donde es el Rewe. Primero habían dicho que sí, que los iban a dejar subir. Ellos iban a hacer el Guillipun, que le decimos nosotros, es una ceremonia como apoyo, para dar fuerza a los que íbamos subiendo. Ese día estuvimos Fausto (Jones Huala) y Lautaro (González Curruhuinca), fuimos lo que vimos morir a mi primo.
Al final, se logró que ellos subieran hasta el Rewe. Y nosotros empezamos a subir, a decir lo que había pasado y cómo fue todo. Igual, con mucha bronca, mucha impotencia porque estaban tres de los cinco asesinos. Ellos iban descaradamente mintiendo, igual ni siquiera coordinaban las mentiras que decían; cambiaban a cada rato lo que decían, y eso nos da bronca porque no se le cae la cara de mentir de cómo fueron las cosas.
– Entonces hubo algunos de los acusados que no fueron a la inspección. ¿Y también se ausentaron de asistir a los Tribunales?
Sí. Algunos estuvieron en la inspección, pero en el juicio no estuvieron y nosotros queríamos. Los padres de Rafa también querían que estén presentes y no.
Primero tuve que asistir al Fiske Menuco a declarar, fue muy difícil para nosotros porque el trasladarnos es bastante lejos de acá, de Bariloche, y es imposible a veces por la plata y por el tiempo. Yo tuve que ir con mi hija que tiene dos años y los Prefectos que están en la causa no asistieron, estuvieron de manera virtual.
– Más allá de las mentiras y el intento de los Prefectos de negar u ocultar su responsabilidad, ¿qué fue lo que se pudo rescatar de esta inspección ocular para poder seguir avanzando en la justicia?
Lo que se pudo es que los jueces y toda la gente que no conocía el territorio pudo ponerse en el lugar de como habían pasado las cosas; tomaron la distancia porque nosotros en el juicio dimos como distancias aproximadas, y ellos llegaron para medir la distancia exacta. Iban anotando a donde pasó cada hecho de lo ocurrido.
Sí nos fuimos de ahí con un poco de bronca, y un poco de tranquilidad también porque nosotros dijimos la verdad, lo que pasó, lo que tenemos todavía presente después de seis años. Igual da mucha bronca, impotencia porque hay cosas que tenemos muy presente que fue cuando lo vimos morir al lamien. Pero hay cosas también que se te van porque pasaron seis años.
Seis años para ir a hacer esa inspección, seis años donde la vegetación en el lugar cambió, y todo es diferente. Es una burla del sistema judicial hacia nosotros.
– Sí, es algo que se repite en estos juicios que se tornan tan lentos, con algo tan evidente como fue el asesinato de Rafael Nahuel. Es una gran complicación lo del tiempo que pasa y poder demostrar cómo se dieron los hechos, además con la carga que tiene ya la justicia racista frente a la lucha de las comunidades. Vos nombrabas la situación tensa que se dio para el ingreso al Rewe, cuando hace unos meses se había permitido el regreso de la comunidad al Rewe, en estas mesas de diálogo. Pero siempre hay una traba para poder seguir avanzando…
Claro sí, ninguno de los lamien se encuentran en el territorio. Es más, a nosotros como mapuches no nos dejan subir, pero sí había ropa adentro, se ve que hay gente que anda mochileando y se queda a dormir ahí. A ellos sí los dejan dormir, a nosotros no nos dejan pasar, se llena de policías cuando ven mapuches en el lugar.
– Este juicio sigue avanzando, se pudo hacer esta inspección ocular, pero siempre hay nuevas luchas que se van dando para la comunidad. Dieron la lucha para la libertad de la machi y las lamiens que estaban presas y el poder regresar al territorio que todavía no se pudo llevar adelante, pero ahora está Jessica Bonefoy detenida, ¿cómo se está llevando esa lucha adelante?
En el Encuentro de mujeres se estuvo hablando sobre eso, sobre la lamien detenida. Pero lamentablemente vivimos acá en la ciudad, donde está lleno de gente que es muy racista. En general, la gente es así. Es muy difícil por eso la lucha. Ella está con domiciliaria. Y espera el apoyo de la gente, pero bueno, es difícil.
– Volviendo al juicio esta pautado el 22 de noviembre para conocer la sentencia, Cuál es la sentencia que se está pidiendo y cómo se empieza a vivir esto que se va acercando, falta menos de un mes para ese 22 de noviembre.
Lo que decían los abogados es que van a pedir perpetua. Pero yo no confío en el sistema. Hice esto junto con los lamien que estuvimos cuando lo mataron a Rafa, porque era importante igual dar el testimonio, pero en realidad no sentimos que va a haber una justicia. Y sean los años que le den, nunca va a llenar la muerte del lamien que mataron. Lo hicimos solamente porque nosotros no tenemos nada que ocultar.
No puedo sentir que haya respeto porque pasaron muchos años y no se hizo nada. Al lamien lo mataron al lado mío, después me pegaron un tiro a mí. Al principio, le pegaron a un lamien un tiro en el brazo, después le dispararon a Rafa que fue mortal porque él agonizó unos segundos y ahí murió. Después de él me disparon a mí en el brazo. Los lamien que lo bajaron, uno tuvo que estar profugo para que no lo desaparecieran o hicieran algo con su cuerpo. El lamien Lautaro tuvo que estar seis años profugo solo por bajar el cuerpo de Rafa, y el asesino sigue libre, ando suelto en la calle. El asesino hace lo que quiere porque él ni siquiera se presenta a dar la cara.
– Sí, una descripción de lo que decíamos de la justicia racista, y cuáles son los intereses que terminan defendiendo no, el Estado y la justicia. También marcabas la importancia de haber estado ahí, por lo menos para poder decir lo que pasó y no permitir que también en esa inspección, la palabra de los prefectos sea la única y poder estar ustedes como testigos y testigas de lo que sucedió en el asesinato de Rafael Nahuel. Es fundamental más allá de cómo funciona la justicia racista, seguir manteniendo viva la memoria…
La verdad que sí, pero bueno siempre llevamos la bronca. Nosotros acá al ser mapuche, ser pobre, ser marginados, no valemos nada. Eso es lo que sabemos y lo que sentimos, nosotros no valemos nada porque ellos fueron a matar, fueron con esa orden. Y fueron con ese pensamiento, fueron a cazar mapuche. Yo vi a una persona que estaba atrás de un árbol, cuando le dispararon a mi primo, miré para atrás, porque nosotros íbamos corriendo, subiendo, porque no paraban los disparos. Era un disparo atrás del otro. Todos estaban disparando y cuando le dispararon a mi primo, yo vi por atrás y vi una persona con un fusil con un arma larga que estaba atrás de un árbol. Si yo me hubiese corrido 10 centímetros me disparaban en el pecho.
Ellos van con ese pensamiento porque nosotros no valemos para nadie, menos para el Estado. Ellos estaban preparados para venir contra nosotros, no sentir ningún remordimiento porque incluso en el juicio ellos remarcaron que nosotros no valíamos nada. Que lo que hicieron estaba bien, no tienen remordimiento.
Nosotros acá seguimos igual en la lucha, seguimos firme, siempre vamos a recordarnos a nuestro lamien caído. Un lamien que era muy querido por todos. Era una persona muy querida, muy respetuosa, muy respetada, muy alegre. Que a pesar de que tuvo una vida muy difícil, porque él creció en el Nahuel Hue, un barrio con muchas carencias, con casitas precarias, que se sobrevive como se puede; él llevaba una vida positiva, no llevaba odio, llevaba una vida con alegría con ganas de seguir adelante, ni hacerle daño a nadie. Él quería vivir mejor. Como todos nosotros que fuimos y tomamos esa decisión de estar ahí, sabiendo que nos podían matar porque estaba lleno de Prefectos.
Y no hay otra manera porque en la ciudad se vive mal, con discriminación. Está tan impuesto acá el racismo en los medios de comunicación que tus propios vecinos te odian, sin saber por qué. Entonces nosotros como mapuches no podemos vivir acá, sufrimos muchas carencias. Él como todos nosotros buscamos vivir mejor porque la gente tampoco no nos queda acá viviendo en la ciudad. Entonces buscamos una vida mejor porque es difícil vivir el día a día.
Es muy difícil vivir en la ciudad. Es difícil ser mapuche y conseguir un trabajo también, se nos paga muy mal y eso es por la cara porque acá muestran una cara de la gente que viene a buscar trabajo de Buenos Aires, rubio, entonces consiguen mejores trabajos, que uno que tiene cara de mapuche, que es negro.
Imagínense así, y crecer en un barrio donde si no estás en la droga es lo mejor que pudiste hacer. Es difícil estudiar o tener una casa.
Teníamos la misma edad con mi primo, y teníamos consciencia. Muchos medios de comunicación decían lo llevaron como si fuese una persona tonta; y nosotros siendo pobres, siendo jóvenes sabíamos pensar porque eso es parte de la discriminación que digan que nosotros por ser pobres no estábamos pensando.
Él viviendo en un barrio pobre era consciente y veía que la problemática era la droga, que existía el alcohol y que eso estaba mal porque eso a nosotros en un barrio nos consumen, nos termina matando porque hay muchos chicos de nuestra edad acá que mueren así.
Somos mapuches que encontramos nuestro camino mapuche. Nuestro Pulliu, la gente antigua nos guían para llevar una buena vida, para estar bien, para estar fuerte y no ser consumidos por el sistema que nos quiere así a nosotros. Y Rafa no quería eso para su vida, como ninguno de nosotros. Nosotros queríamos salir adelante.
Quiero que sepan que lamien sigue vive en nosotros, sigue vivo en la lucha y va a seguir vivo. Como decimos nosotros, si 1 cae, 10 se van a levantar. Marichiweu.
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