A través de diferentes gacetillas de prensa pero también con la palabra escrita y en audio del propio fundador de Orsai, Hernán Casciari, se dio a conocer la llegada a la sala grande de la película de financiamiento colectivo con 1961 personas como productores/as.
Bajo los destellos de una idea audaz gestada en los confines de una pandemia global, el proyecto tomó forma gracias a la tenacidad de la productora Orsai, cuyo fundador, el conocido escritor Hernán Casciari, tejió los hilos de un sueño singular: concebir una película que no solo cautivare al público, sino que abra las puertas de la inversión y las ganancias a cualquiera dispuesto a apostar. Así emergió el “sistema Orsai”, con la ambición de transformar la novela “La Uruguaya” en una epopeya cinematográfica, hilvanada por pequeños socios que aportarían modestos capitales, unos 100 dólares.
La odisea de “La Uruguaya”, erigida como pionera bajo el estandarte del “sistema Orsai”, abriría un sendero sin parangón. El filme en cuestión no alzó su vuelo financiado por el INCAA, plataformas digitales, entidades estatales ni empresas privadas.
Los roles protagónicos, interpretados por Fiorella Bottaioli y Sebastián Arzeno, surgieron de la decisión colegiada de los socios productores, cuyo vínculo con el proyecto rebasó los confines del financiamiento. Fueron los arquitectos de algunas elecciones: desde la selección de los actores hasta los debates sostenidos a través de la pantalla de Zoom. La elección de locaciones, como un pincelazo en un lienzo en blanco, fue fruto de su influencia. Incluso, asistieron al rodaje como testigos y actores secundarios. A la postre, la película halló su destino en las manos de la empres Disney, cuya extensa red distribuyó la obra en toda América Latina, con dividendos fluyendo hacia los inversores tanto ahora como en tiempos venideros, cuando conquiste otras latitudes.
Otro ejemplo democrático se dió en el casting. Se preguntó si se prefería una película con actores consagrados o con actores casi desconocidos. El sistema consistía en que votara más del 50 por ciento de los socios productores y el resultado era vinculante. Los responsables explicaron cuáles eran las ventajas y las desventajas de cada alternativa y finalmente se votó. Con el casting había nueve parejas posibles y finalmente, Sebastián Arzeno (como un escritor que viaja a Montevideo a buscar unos ahorros para financiar su vida mientras escribe una novela) y Fiorella Bottaiolli (una chica mucho menor que él con la que comparte un día y un romance) quedaron elegidos también por el voto mayoritario de los socios, según relata la gacetilla de prensa.
Luego, la rueda del destino colocó el timón de la película en las manos de la cineasta argentina Ana García Blaya, una artífice cuya destreza la haría merecedora del galardón a Mejor Dirección en el Festival de Cine de Mar del Plata. Las figuras principales, personificadas por Fiorella Bottaioli y Sebastián Arzeno, animaron las escenas con vida y pasión, mientras que el escenario de la acción cobraba vida en Uruguay. La travesía de producción y distribución recayó finalmente en los hombros de Pampa Films, Gloriamundi Producciones, Nos Audiovisual, Atlántico Content y Star Distribution, entidades que tejerían los hilos de la narrativa para llevarla a los ojos ansiosos del público.
En La Plata la proyección será en el Cinema Paradiso, de calle 46 y 12. deljueves 17, viernes 18, sábado 19, domingo 20 y lunes 21.
A quienes siguen a la revista Orsai por correo les llegó el escrito de Casciari rogando: “Mandá gente al cine por al amor de dios, incliná la balanza, llevá gente engañada en el baúl del auto, no pienses en ética este fin de semana, no pienses en moral justo ahora… ¡porque estamos haciendo historia! ¡Tenés plata en esto!”
Escuchá acá el audio del propio Casciari, invitando a ver la peli
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