Algunos aún esperan el desembolso del dinero; otros padecen múltiples complicaciones para construir. El relato de uno de los damnificados
Eugenio tiene 31 años y hace dos que fue sorteado favorablemente en el PROCREAR, el programa que impulsa el Estado Nacional para favorecer el acceso a la vivienda de los sectores medios. Sin embargo, lo que se supone una buena noticia para muchos -Eugenio entre ellos- se vuelve una pesadilla.
Desde hace un tiempo, el joven integra un grupo de unas 100 personas que viven en nuestra ciudad y que -al igual que él- arrastran diversas complicaciones relacionadas con la política pública.
Según explica a Pulso Noticias, se dan dos grandes situaciones. En primer lugar, la de aquellos que aún aguardan el desembolso del dinero. “Estamos a la espera de que nos otorguen el crédito. En mi caso, salí sorteado a fines de 2019 y el año pasado me asignaron la unidad funcional, en la localidad de San Carlos. Pero desde entonces, no hubo más novedades. Existen demoras interminables. Como excusa utilizan el cambio de gestión. Se entiende, en parte, pero lo cierto es que los trámites administrativos tardan meses y meses. Hay un monto fijo que te otorgan para construir, pero mientras no te lo dan, se va desvalorizando cada vez más. Es una plata con la que hoy no llegas a construir ni tres paredes”.
Por otro lado, está la problemática que atraviesan aquellos beneficiarios que, si bien ya recibieron el crédito, padecen innumerables inconvenientes en el predio donde construyen. Al respecto, Eugenio explicó: “Estamos hablando de la localidad de San Carlos , en la zona que va de 151 a 155 y de 526 a 529. Concretamente, en 528 bis entre 151 y 152, es una boca de lobo. Allí hay dos o tres personas que están construyendo. A la noche no hay luz; las luminarias de la calle están rotas; las calles no están bien delimitadas; hay pérdidas de agua por roturas de caños, que perjudican el avance de la obra. Es muy complicado todo”.
Finalmente, el joven remarcó otro de los grandes problemas que sufren quienes construyen en la zona: la inseguridad. “El barrio es muy inseguro. A pesar de que es un predio cercado con alambre, hay muchos robos de materiales. Si bien hay dos serenos pagos por los vecinos, los robos ocurren igual. Es una situación que agota. No te dan respuesta, ni del Banco Hipotecario ni de Nación por los PROCREAR que no salen; ni del Municipio por la falta de luminaria y de seguridad. Queremos respuestas ya”.
Mientras no tienen certezas de qué pasará con sus créditos o si podrán construir en una zona segura, el malestar de los beneficiarios PROCREAR en la ciudad crece. Ellos quieren, ni más ni menos, cumplir su sueño de tener una vivienda propia, digna. Por ahora, lo único que reciben son trabas e indiferencia.
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