Por Simon de Aduriz para Pulso Noticias
Emoción, intensidad, fricción y garra. Fallos arbitrales. El segundo juego de la final del Torneo Apertura de la Zona A1 tuvo todos los condimentos para ser en un partidazo. Atenas supo manejar el climax del juego y se impuso 75 a 67 y así, volvió a gritar campeón.
El Miguel García alojó un pleito para el infarto. Atenas con su juventud, agresividad defensiva y velocidad en transición. Unión Vecinal con la experiencia, la historia y la capacidad de definir partidos de estas características. El Griego sacó ventaja desde el inicio, el Amarillo lo emparejó y, cuando el estadio explotaba, los errores arbitrales empañaron el show. En el momento más crítico del juego, con muchos pilares de ambos equipos en el banco por exclusiones y expulsiones, el campeón del 2018 encontró en Federico Erra y Álvaro Yarza, las armas para coronarse. 75 a 67 fue el final. El futuro llegó hace rato.
Atenas salió al terreno de juego decidido a quedarse con el juego y evitar el tercer punto de la serie. Desde el inicio, Ignacio Zulberti, Rafael Rosende, Francisco Disipio y Federico Borrajo inauguraron desde los 6,75 metros y pusieron el partido 12 a 1. Promediando el cuarto, el local mejoró en ofensiva pero el Griego mantuvo la intensidad defensiva, la concentración y movilidad de balón en ataque. Fidel Álvarez, para comenzar con las polémicas arbitrales, se fue expulsado en el anfitrión. Los dirigidos por Oscar Remaggi, se mantuvieron al frente e impidieron que Unión se acercara para cerrar el primer episodio 21 a 11 a su favor.
La intensidad se mantuvo en el segundo cuarto al igual que la diferencia en el marcador. El Vecinal mejoró la efectividad en sus lanzamientos y un triple de Moreira los puso en partido y encendió las alarmas de visitantes. El público comenzó a jugar su partido y la tensión se trasladó a los jugadores. Remaggi movió el banco de suplentes y encontró en Yarza velocidad para correr la cancha y potencia para ir hacia la pintura. Con él, Atenas volvió a respirar y se dirigió a los vestuarios arriba por 34 a 27.
Unión entró al segundo tiempo con más decisión ofensiva y, a través de Augusto De Marziani se puso a una posesión larga en los primeros minutos. La reacción del Griego no tardó en llegar y, con una canasta de Podestá y un triple de Rosende, volvió a tomar un aire de ocho puntos. La agresividad defensiva con la que salió Atenas desde el inicio, hizo mella en este período. Podesta se fue excluido, Zulberti y Rosende llegaron a las tres faltas y Pagella a a cuarto. Esto hizo que Ignacio Navazo tomara la decisión de buscar constantemente el contacto al encarar hacia pintura y así se puso 42 a 43. Yarza volvió a hacerse presente en la ofensiva griega y Atenas se fue al último período arriba por 48 a 45.
En el epílogo, el Amarillo siguió acortando la diferencia y nuevamente se puso a una posesión de Atenas. Saliéndose del libreto, Federico Erra se sumó a Yarza y anotó siete puntos para mantener arriba a los de Remaggi. Promediando el cuarto, Juany Bruno se fue excluido y, un triple de Yarza y otro de Disipio volvió a estirar la brecha 60 a 53. En la visita, Zulberti también debió retirarse por cinco faltas. Por medio de De Marziani, el dueño de casa volvió al partido que se tiñó con polémicas arbitrales.
Fallos dudosos de los jueces para ambos lados, hicieron que el clima del Miguel García sea un hervidero. El juego creció en tensión entre los jugadores y los bancos de suplentes. Finalmente, Atenas en una muestra de carácter, supo mantener la diferencia y, de la mano de los pibes, se quedó con la victoria por 67 a 75 y volvió a levantar la copa.
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