Profesionales del centro de salud de Florencio Varela denuncian un ajuste económico y falta de insumos, y temen que impacte en la atención. “Cada jefe de servicio debería decidir a qué pacientes dejar de atender”, expresaron
El presidente de Asociación de Profesionales del Hospital El Cruce, Jerónimo Chaparro, se refirió hoy al recorte presupuestario que pretenden impulsar sobre el establecimiento de salud ubicado en la localidad de Florencio Varela, y dijo que “es una situación profundamente incómoda, porque las personas no tienen otro lugar donde atenderse”.
“El jueves pasado las autoridades del hospital les confirmaron por primera vez a los trabajadores el ajuste del 40% y les proponen que cada jefe de servicio defina cómo adecuar sus prestaciones. Cada jefe de servicio debería decidir a qué pacientes dejar de atender. Esto generó un enojo enorme en la comunidad del hospital”, detalló el dirigente en declaraciones radiales.
Consultado sobre de quién depende el presupuesto con el que se sostiene el nosocomio, Chaparro destacó: “El Hospital El Cruce es igual que el Garrahan, con 70% del presupuesto dependiendo del Ministerio de Salud de Nación y el 30% del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. El recorte lo hacen ambos. La plata no llegó y la sumatoria entre la plata que no está y lo que no hay presupuestado, da un recorte del 40%”, informó.
El dirigente remarcó además que “se trata de un ajuste del 42,87%, mil cien millones de pesos para ser exactos. El presupuesto proyectado para 2018 se hizo con un dólar y una inflación distintos. Hay insumos médicos que muchos tienen precios dolarizados. El impacto real del recorte presupuestario es mucho mayor al nominal”, lanzó.
“Esto afecta en las prestaciones. Venimos denunciando la negativa de las autoridades locales, provinciales y nacionales, que decían que esto se iba a resolver”, dijo. Y para cerrar, invitó: “Me gustaría convocar a toda la ciudadanía a un gran abrazo solidario al hospital el jueves 28, a las 11. La consigna del abrazo es sin banderas políticas, esto no es un problema partidario, es un problema de salud pública y de la comunidad”.
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