En una situación desesperante, exigieron aumentos de sueldo, puestos de trabajo y bonos de fin de año. El intendente, para variar, no los atendió
Ya nadie se sorprende: calle 12 entre 51 y 53 está cortada. Movimientos sociales reclaman frente al municipio por aumentos de sueldo, puestos de trabajo y bonos de fin de año, pero nadie se sorprende. En los barrios de la periferia de la ciudad muere gente de hambre y nadie se sorprende. Los cooperativistas hace 5 horas que están esperando una reunión y nadie se sorprende. Garro no los atiende y nadie se sorprende. La circulación en el centro es un caos y ahora sí todos se sorprenden. Acá en La Plata parece más importante el tránsito que las personas.
Frente al municipio, unas 400 personas están reclamando dignidad. Con los 5.800 pesos que cobran por tareas de mantenimiento y limpieza, o por servicios que prestan en escuelas o salitas de salud, apenas pueden cubrir los gastos de una semana. Las otras tres del mes las pasan sin un centavo en los bolsillos.
“Estamos acá porque en los barrios tenemos una desocupación terrible. Muchos compañeros están sin laburo, no consiguen. Y también pedimos el bono de fin de año para poder llevar algo digno a nuestras casas en Nochebuena”, explicó una militante del FOL.
Desde las diez de la mañana están ancladas acá distintas organizaciones sociales: Agrupación María Claudia Falcone, FPDS Corriente Nacional, Frente de Organizaciones en Lucha, Movimiento Justicia y Libertad, Izquierda Latinoamericana Socialista, CTD Aníbal Verón, COPPESY/ADDHES, Igualdad Social y Corriente Surcos, entre otras. La mayoría viene de barrios como El Peligro, Abasto, Altos de San Lorenzo o Romero. Son las 15 y todavía no tuvieron ninguna respuesta. Amplían el corte. Ahora calle 12 está cortada desde 54 hasta diagonal 74, pero la acción no surte efecto. Nadie los atiende.
“La única respuesta del intendente Garro ha sido un aumento del 19% para todo 2018 y el silencio, con el agravamiento de la crisis existente. Por eso nuevamente nos hemos organizado para reclamar un aumento de emergencia y mejoras en las condiciones de trabajo”, explicaron desde las organizaciones sociales.
En primera persona
Karina Sebastián tiene 44 años, 8 hijos, un marido desocupado y enfermo – padece una embolia pulmonar- y con los 5.800 pesos que gana como cooperativista tiene que afrontar todos los gastos de su casa, ubicada en El Peligro.
“Mi esposo está con un tratamiento y tengo que comprarle la medicación porque el ajuste también llegó a los hospitales y ya no tienen medicamentos”, dice Karina. “¿Cómo hacemos nosotros para llevarles un plato de comida a nuestros hijos en estas condiciones?”, se pregunta indignada Karina, que milita en el FOL.
Cerca de su casa, en calle 226 y 423, funciona un comedor. Como si no tuviese motivos para preocuparse, cuando puede da una mano allí también. Es que en estas zonas de la ciudad no importa tanto el tránsito, ni los cortes de calles. Lo que importa es poder darle de comer a los pibes: “No podemos abastecer toda la demanda porque la cantidad de chicos que asisten es impresionante. Hacemos malabares para llegar a fin de mes”.
Si el espacio logra mantenerse, en gran parte es gracias a la ayuda que dan los vecinos que pueden y que conocen el trabajo que hacen. “Es muy desesperante y muy triste la situación. Ni siquiera hay changas, que por lo menos antes servían para llevar el pan del día”, explica Karina.
En su barrio muchos hombres quedaron en la calle de un día para otro. A vecinos que hasta no hace mucho trabajaban en fábricas, les fueron cerrando la puerta en la cara por reducción de personal. Karina explica que las mamás también la pasan mal, teniendo que dejar a sus hijos en lo de algún vecino para ver si pueden encontrar algún trabajito temporario.
“Siempre se nos cuestiona mucho la labor de los cooperativistas. Lo invito a los funcionarios a que se acerquen a nuestros barrios para que vean y averigüen el trabajo que hacemos nosotros” concluyó Karina.
Somos un medio de comunicación cooperativo que se conformó luego de los despidos ilegales en el diario Hoy y en la radio Red 92 de La Plata, sucedidos a principios de 2018.
Sin laburo y con la intención de mantener nuestros puestos de trabajo, un grupo de periodistas, correctorxs, fotógrafes, locutorxs, productorxs audiovisuales y diseñadorxs decidimos organizarnos de forma colectiva.
