El protagonista de Un gallo para Esculapio, que en días estrena su segunda temporada, llega a nuestra ciudad con El emperador Gynt, obra donde interpreta a 15 personajes en escena. El mejor actor de la nueva generación va por todo, y se lo cuenta a Pulso Noticias
Por Facundo Montiel
Cerca de la psicosis, en casi dos horas sobre el escenario Peter Lanzani interpreta a 15 personajes y demuestra por qué es uno de los actores más versatiles, talentosos y queridos del país. Nacido de las huestes de Cris Morena, subestimado “alguna vez” por eso, hoy tiene 28 años y ya brilló en cine, teatro y televisión. Sobre las tablas, llega a nuestra ciudad con El emperador Gynt, “un clásico que hay que ir a ver, donde se suceden todas las emociones”, dijo el actor a Pulso Noticias, en una charla donde recorrió su carrera y su vida, cuyos caminos se funden y se confunden.
Él, conforme con eso. Dedica sus horas a pulir “el actor que quiero ser”. Dice que ama a las mujeres, pero los romances grandilocuentes con estrellas como Lali Espósito o Tini Stoessel parecen haber sido otra etapa: ahora está enfocado en la obra que trae por primera vez a La Plata (hoy a las 21 horas en el Teatro Metro, 4 entre 51 y 53), con la cual hace dos funciones por semana en Buenos Aires, pero también en el estreno de la segunda temporada de Un gallo para Esculapio.
“Se viene picante, no puedo contar mucho, pero pasa de todo, va a ser más intenso aún”, dijo Peter sobre la serie, contento por las repercusiones que provocó Nelson, su personaje, un misionero que comienza retraído en su llegada a la gran ciudad pero que rapidamente se adapta al mundo del delito en los márgenes de Buenos Aires. El martes será el primer capítulo de la nueva temporada de esta producción que ya ganó todos los premios, incluyéndolo a él como actor revelación, aunque ya había demostrado de lo que era capaz en El clan, componiendo a un temible Alejandro Puccio.
“Perdí algunas cosas por trabajar desde tan chico, sí, tal vez las cervezas con amigos, juntadas a la noche, como todos, pero es algo que yo elijo, no me puedo quejar”, aseguró Lanzani, sin dudar. Comenzó a los 14 años como modelo publicitario y pasó por Chiquititas y Casi Ángeles. El boom fue impresionante: llenó teatros e incursionó en la música en el país y el exterior. Él, sin embargo, siempre se mantuvo tranquilo. “No es que tenga que trabajar el ego, en el mal sentido. Siempre hay que creer en uno mismo para arriesgarse, para animarse”, sentencia, sin complejos con la fama: “Me llevo bastante bien con eso, tengo los mismos amigos de siempre, veo a la gente del barrio de toda la vida”.
Con los pies sobre la tierra, el mejor actor de la nueva generación continúa con sus proyectos. Además de Un gallo, tiene pensado incursionar “con una obra de teatro físico, con un amigo, para el año que viene”. Asegura que quiere seguir aprendiendo, pulir las técnicas para lucirse en teatro, cine y TV. Hasta no ser el actor que quiere ser no va a descansar, y en esa búsqueda se arriesga interpretando a 15 personajes en escena en El emperador Gynt. Hay que ir a verlo.
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