El estudiante platense descendiente de bolivianos José Luis Zurita Delgadillo continúa privado de su libertad desde hace un mes por el simple hecho de tener hojas de coca, que según la legislación nacional no constituye delito alguno. Su familia, el abogado y la comunidad migrante afirman que se busca criminalizar la práctica cultural ancestral del coqueo
Por David Barresi
Cualquiera que haya visitado el norte del país sabe que es usual la utilización de la hoja de coca, ya sea para su uso medicinal, alimenticio o para evitar el apunamiento. Incluso es posible comprarla también en Capital Federal u otros lugares de la Provincia, y es usual que la comunidad boliviana -con importante presencia en La Plata- tenga y consuma este producto.
Por eso los organismos de Derechos Humanos comienzan a alzar la voz ante la situación en la que se encuentra el platense estudiante de Ingeniería y descendiente de bolivianos José Luis Zurita Delgadillo, privado de su libertad en la cárcel de máxima seguridad de Marcos Paz desde hace un mes y dos días por habérsele encontrado en su auto setenta y siete paquetes de hojas de coca en estado natural (35 kilos), que había ido a adquirir a Villa Lugano junto a su madre Julia para la festividad de la virgen de Urkupiña .
El responsable de la situación es el juez Marcelo Martínez Di Giorgi, a cargo del Juzgado Federal Criminal Nº 5, quien desconoce totalmente la Ley 23.737, la cual indica en su artículo 15 que “la tenencia de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o a su empleo como infusión, no será considerada tenencia de estupefacientes”. También ignora el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, que tiene jerarquía constitucional a partir de 1994, y que insta al Estado nacional a respetar y promover las culturas y costumbres de los migrantes y pueblos originarios.
“Cuando tomé la causa, hacía dos semanas que José Luis estaba preso. Pensé que era una cuestión meramente procesal, que se resolvía simple y rápidamente. Evidentemente nos confundimos, acá ya había una sentencia de antemano”, explicó el abogado del joven de 28 años, Federico Ravina, en la conferencia de prensa que organizaron hoy junto a su familia, integrantes de la comunidad boliviana y autoridades de la Universidad Nacional de La Plata.
El letrado remarcó que el caso es “un tubo de ensayo para la implementación de una política de discriminación hacia ‘el otro cultural’, porque quieren ir hacia una Argentina monocultural”. De hecho, las arbitrariedades en la causa grafican esa hipótesis. “Cuando empecé a intervenir me decían que estaba detenido porque no tenía acreditado el arraigo (su vivienda). Entonces le mandamos fotos de su casa, testigos, fotos satelitales, todo. Al otro día me dicen que no pudieron acreditar el arraigo porque la comisaría no tenía móvil para hacerlo… . Cuando finalmente lo acreditaron, decían que esperaban la pericia… cosa rara porque le incautaron coca en estado natural, no hace falta mucha pericia”, detalló Ravina.
Finalmente, cuando llegó la pericia cayó el baldazo de agua fría. “Dice que era cocaína en estado de hoja de coca natural, desconociendo que la hoja de coca nada tiene que ver con el clorhidrato de cocaína. La hoja de coca tiene 14 alcaloides, uno de ellos es cocaína, que es del que menos tiene, el 1% de la misma”, informó el letrado, y agregó: “También desconoce que en Argentina no se hace cocaína con hojas de coca. Se importa directamente el derivado de la pasta base. No hay cocinas de hojas de coca, es un desconocimiento de la realidad y de la ley”.
El viernes 14 de septiembre el juzgado comunicó que Zurita Delgadillo iba a ser procesado ya no por tenencia de hojas de coca, si no por “guardar materias primas destinadas a la producción o fabricación de estupefacientes”.
“Tener hojas de coca a lo sumo podría considerarse una infracción aduanera, porque no está reglamentado el ingreso de la coca al país. Pero igual todo lo que no está prohibido, está permitido. Hay una arbitrariedad muy grande, porque el juez no lo procesa por la tenencia del producto, lo procesa por entender que esas hojas de coca eran para hacer cocaína. ¿Con qué elementos? Con ninguno”, afirmó el abogado.
Apoyo y movilización
En la conferencia de prensa realizada hoy se pudo plasmar el grado de apoyo que está teniendo el reclamo por la liberación del joven. Estuvieron presentes la prosecretaria de Derechos Humanos de la UNLP, Guadalupe Godoy; el decano de la Facultad de Ingenieria, Horacio Frene; representantes de la Defensoría del Pueblo de la Provincia, la Comisión Provincial por la Memoria, el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Coordinadora y Consejería para Migrantes, la Federación Universitaria de La Plata, los medios comunitarios, las organizaciones de la comunidad boliviana y, por supuesto, los compañeros del joven detenido de la comparsa Caporales Cruz del Sur.
El próximo martes tendrán una audiencia en la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, a cargo de Martín Irurzún, a la que irán acompañados por una movilización de la comunidad migrante, organismos de derechos humanos y organizaciones estudiantiles con el eje: “basta de discriminación, la hoja de coca no es droga”.
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