En medio de su disputa con el triunvirato por su posición dialoguista con el gobierno, el gremio que conduce Hugo Moyano deja la central obrera y se acerca a las CTA, profundizando así su radicalización en contra de la política económica de Cambiemos
Luego de marchas y contramarchas, Hugo Moyano decidió finalmente abandonar la Confederación General del Trabajo (CGT) y radicalizar su postura en contra de la política económica que viene ejecutando el gobierno de Mauricio Macri desde diciembre de 2015.
Así lo anunció ayer Oscar Pérez, Secretario de Política de Transporte del sindicato de Camioneros, quien dejó claro ante los demás integrantes del Consejo Directivo de la central obrera, que la postura de Moyano se debe al “acercamiento” y “dialoguismo” imperante en el triunvirato que conduce la CGT, que privilegia los acuerdos políticos con el gobierno antes que “las demandas de los trabajadores”.
Camioneros deja de esta manera la Secretaría Gremial (tercer cargo en importancia en la conducción cegetista) y sale a disputarle al gobierno el control de las calles a través de un acuerdo político y programático con las dos CTA, la Corriente Federal de Trabajadores que conduce Sergio Palazzo, y los movimientos sociales.
Según trascendió desde la central obrera, el principal motivo esgrimido por Moyano a la hora de justificar su salida de la CGT, fue la escasa solidaridad recibida de parte del sindicalismo cegetista sobre la multa millonaria que el Gobierno les aplicó por supuestamente haber violado una conciliación obligatoria. Esta actitud de hostilidad a sus anteriores aliados, se dio también cn el mensaje enviado por Camioneros a través de su cuenta oficial de Twitter, en donde se agradeció a las dos CTA su apoyo “frente a lo OIT (Organización Internacional del Trabajo) denunciando al Gobierno por la multa a Camioneros en defensa de los trabajadores”.
Los que conocen de cerca a Moyano, se atreven a aventurar por estas horas que el camionero intentará reflotar la vieja fórmula esgrimida por él en los años ’90, cuando a través del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), llevó adelante una política opositora a las políticas neoliberales de Carlos Menem, contando para ello con el apoyo de la naciente CTA y con los movimientos de desocupados que comenzaban a crecer a partir de las privatizaciones y los despidos menemistas.
Además, descuentan que detrás de esta movida se encuentra también un apoyo de un amplio sector de la Iglesia que se identifica con la labor pastoral del Papa Francisco, de allí que uno de los máximos impulsores de este armado opositor al gobierno macrista sea la Corriente de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), donde uno de sus máximos dirigentes es Juan Grabois, una de las personas con mayor llegada al Sumo Pontífice.
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