En esta entrevista, el abogado ambientalista Fernando Monticelli hace un racconto de la degradación que afecta a uno de los cursos de agua más importantes de la región. Mientras los basurales a cielo abierto se profundizan, lo que priman son las las empresas ineficientes, el nulo control estatal y los reiterados incumplimientos judiciales
El Arroyo El Gato es uno de los cursos de agua más emblemáticos de la Región. Nace a la altura de Av. 44 y 190, en Lisandro Olmos, y se extiende por 25 kilómetros, atravesando de oeste a este los partidos de La Plata y Ensenada, hasta desembocar en el Canal Santiago y, posteriormente, en el Río de la Plata.
Desde hace tiempo, el arroyo es motivo de preocupación entre grupos de vecinxs y asambleas ambientalistas locales, a raíz de la incesante contaminación que, por diversos factores, día a día degrada sus aguas.
En 2019 la Clínica de Extensión Universitaria de Derecho Ambiental de la UNLP decidió tomar cartas en el asunto y presentarse ante la justicia para que las autoridades se hagan cargo del saneamiento de uno de los puntos más críticos: el que está sobre la calle 514, en el tramo que va desde Avenida 7 a 1, en Ringuelet. Sin embargo, hoy, a más de tres años de aquella presentación, los avances han sido nulos, pese a las reiteradas disposiciones judiciales que obligan a los gobiernos a cumplir su función.
Un claro ejemplo es la medida cautelar que el Juzgado en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo Federal de La Plata N° 4, a cargo del Juez Federal Alberto Recondo, dictó el 23 de noviembre de 2021. En ella, el magistrado le daba 60 días corridos a la Provincia de Buenos Aires y a la Municipalidad de La Plata para que cumpliesen con la colocación de barreras flotantes de contención y extracción, a fin de facilitar el retiro de los residuos sólidos del curso hídrico. PBA debía hacerlo a la altura de 1 y 514, mientras que la comuna en 7 y 514.
En mayo de 2022, después de que la Clínica de Derecho Ambiental denunciara “el cumplimiento ineficiente y deficitario de la medida”, el mismísimo Recondo se apersonó en el arroyo para hacer un reconocimiento judicial. Allí pudo constatar que la barrera de la Provincia no cumplía con los requisitos dispuestos por la justicia.
El abogado Fernando Monticelli, quien desde hace más de 15 años lucha activamente contra la contaminación de El Gato, aportando a la Clínica pruebas y documentación, lo explica con crudeza: “Pusieron la barrera, pero con un sistema de recolección manual. O sea que, cada tanto, dos tipos con el agua por la cintura suben a mano a un bote la basura que retiene la barrera. Una cargada. La orden del juez es clara: debe ser un sistema mecanizado, con un brazo grúa o almeja, que junte las 24 horas la basura, no manual”.
En el caso de la barrera que correspondía a la MLP, Recondo advirtió que ni siquiera había sido colocada, incluso con un agravante: previamente, la comuna presentó informes en los que daba cuenta del cumplimiento de la cautelar, algo que -tras la presencia del juez en el lugar- se comprobó que no era cierto.
“El municipio debe colocar la barrera donde antiguamente había otra, que en su momento se sacó con motivo del ensanchamiento del canal y nunca más volvió a ponerse. Hasta que fue removida funcionaba bastante bien: se extraían toneladas diarias de residuos sólidos domiciliarios del curso de agua”, explica Monticelli.
Obras que se hacen esperar
Otro punto importante incluido en aquella resolución del juez era el que obligaba a la Provincia de Buenos Aires y a la empresa ABSA a establecer y comunicar -siempre dentro del plazo de 60 días corridos- la fecha de inicio y plazo de ejecución del proyecto “para el tratamiento y disposición final de efluentes cloacales de las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada”.
Si bien la compañía prestataria del servicio de agua presentó en el expediente judicial un plan para la realización de obras en la Planta Depuradora de líquidos cloacales de Ringuelet, hasta el momento no hubo mayores novedades. La Provincia aún no comunicó cuándo comenzarán los trabajos, alegando que se encontraba realizando las gestiones correspondientes para la obtención de financiamiento.
Para Monticelli, no obstante, la realidad pasa por otro lado. Se trata, lisa y llanamente, de una falta de interés de parte de la dirigencia política en resolver estos temas. Y ello no solo se evidencia en el incumplimiento de las medidas judiciales, sino también en una administración deficiente.
El abogado pone como ejemplo a las dos plantas depuradoras de líquidos cloacales que ABSA tiene en la región: la mencionada de Ringuelet (1 y 514) y la planta madre, ubicada sobre la Avenida Juan Domingo Perón (ex Avenida 66) de Berisso. “Ambas funcionan inadecuada y esporádicamente. La realidad es que funcionan cuando ABSA tiene ganas de prenderlas. Como no hay control del Estado, las ponen en funcionamiento cuando quieren. No las 24 horas, como debería ser. Toda esa mierda va a parar al Río de la Plata, a mil metros de donde después extraemos el agua que sale de nuestras canillas. Es una bomba sanitaria”, dice.
—¿Cuánto ha empeorado la situación del Arroyo El Gato desde que te involucraste en el tema hasta hoy?
—Muchísimo. Es palpable y comprobable. Hay más población, y más desidia por parte de los funcionarios públicos. La Provincia tiene varios organismos con competencia en el cuidado del medio ambiente: la Autoridad del Agua, el OPDS, entre otros. Estructuras con un montón de gente adentro que cobran un sueldo y no controlan nada, mientras se sigue tirando de todo al río como si el río hiciera desaparecer nuestra mugre. Yo soy testigo de la degradación. Desde los 12 años que voy al río. Hoy tengo 50 y veo cómo se está contaminando cada vez más.
Un basural a cielo abierto
El Gato se ha consolidado en los últimos años como un gran vertedero de residuos de todo tipo. Por un lado, están los plásticos, restos de electrodomésticos, bolsas de consorcio, autopartes e infinidad de otros desechos sólidos que suelen ser arrojados por gente de la zona, generando un basural a cielo abierto; por otro, los sistemas cloacales clandestinos cuyo contenido va parar directamente al curso de agua y también la importante actividad industrial que tiene lugar a sus márgenes. Un caso emblemático es la papelera ubicada en Camino Centenario y 515, que habitualmente arroja sus desperdicios al agua.
Así planteado este combo explosivo, al que se le suma un tratamiento del agua por demás ineficiente, el Arroyo El Gato se ganó -en palabras de Monticelli- el mote de “nuestro Riachuelo”. Las que lo sufren son las más de 70 mil personas que viven en su zona de influencia y ven afectada seriamente su salud al contraer problemas respiratorios, afecciones cutáneas, parasitosis y otras afecciones propias de un entorno contaminado.
Además del incumplimiento en la colocación de las barreras de contención, durante el reconocimiento judicial el juez Recondo se encontró con una escena que en el Arroyo es moneda corriente: un camión volquete tirando basura. Por este motivo es que le fijó a la Municipalidad de La Plata una penalidad por cada día de atraso en la limpieza del lugar y la erradicación de los basurales.
En ese sentido, si bien la presencia de tantos residuos domiciliarios denota la falta de educación y de conciencia ciudadana en relación al manejo de los desechos particulares, no menos cierta es la ausencia estatal en lo que a su responsabilidad compete. “Los mismos vecinos que viven en las márgenes del Arroyo lo usan como basurero por la falta de recolección de residuos por parte del Municipio en muchas zonas de Ringuelet”, asegura el abogado.
¿Cómo sigue la causa judicial? Mientras se aguarda alguna determinación en torno al reiterado incumplimiento de las autoridades en torno a las tareas de saneamiento, Alberto Recondo ordenó la intervención del Laboratorio de Química Ambiental y Biogeoquímica de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, para que asista al Juzgado N°4 en carácter de perito.
Concretamente, los especialistas del LAQAB realizarán un estudio pormenorizado de los distintos focos de contaminación presentes en el Arroyo El Gato, así como de la calidad del agua y otros aspectos, que servirá de sustento científico para el avance de la causa. Tanto el plan de trabajo como el presupuesto ya fueron presentados y, según dispuso el juez, los gastos deberán ser afrontados por la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de La Plata.
Periodista y locutor. Basquetbolista que nunca fue.
Nació en La Plata, el 30 de noviembre de 1989, una mañana en la que el “Boca Campeón” copaba la mayoría de las tapas de los diarios. Algo de eso debe haberlo marcado para amar a esos colores como hoy los ama. De pibe solía escuchar los relatos en Radio Continental y anotar en un cuadernito personal –boquense, claro- los resultados de los partidos de la fecha y escribir breves resúmenes. A veces, incluso, se grababa haciendo comentarios. Todo ese cóctel despertó su interés por los medios. En 2014 se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP y, tres años después, de Locutor Nacional, en el ISER. Escribió –en coautoría- dos libros de entrevistas a músicos del rock argentino y trabajó como redactor en el servicio informativo de la Radio Red 92. Desde 2018, integra la cooperativa de trabajo Pulso Noticias y allí escribe sobre temas de cultura, medio ambiente y otras yerbas. Al día de hoy, sigue buscando –y poniendo en crisis- su lugar en el mundo de la comunicación.