El valor de dar una mano para alimentar pequeños sueños

El comedor Siempre los Niños de Villa Elvira lanzó la campaña Vuelta al Cole 2022. El objetivo es que los 60 niños y niñas que habitualmente asisten al establecimiento puedan contar con todo lo necesario para el inicio de clases. Ana Gurina, voluntaria, nos cuenta acerca del valioso trabajo que llevan adelante 

A pocas semanas del comienzo de las clases, muchos son los niños y niñas de bajos recursos que no disponen de los elementos necesarios para ir a la escuela y dependen de la solidaridad de quien esté dispuesto a dar una mano. A tales fines, el Comedor Siempre los Niños de Villa Elvira desde algunos años actúa como un valioso puente, llevando adelante diferentes campañas que apuntan a generar un vínculo con la comunidad.

Este año no será la excepción y desde la institución que funciona en 13, entre 94 y 95 lanzaron la colecta Vuelta al Cole 2022, que ofrece distintas opciones para ayudar. La principal es su tradicional sistema de padrinazgos y madrinazgos, a través del cual la persona interesada se encarga de comprar un kit de útiles escolares y un guardapolvo, que serán destinados a algunx de lxs 60 chicxs que concurren habitualmente al comedor. Opcionalmente, también puede aportar un par de zapatillas -nuevas o usadas en buen estado-. Dado que se trata de estudiantes de diferentes edades y no todxs necesitan lo mismo, a cada padrino o madrina se le informará con antelación las especificaciones acerca del contenido del kit y los talles de ropa/calzado requeridos. 

Asimismo, también se puede colaborar con dinero, ya sea con una transferencia de 3.000 pesos, equivalente al costo de los útiles más el guardapolvo, o de $2500 si es solo el kit. Claro que no es algo inflexible: quienes no estén en condiciones de aportar esa suma pueden ayudar con lo que esté a su alcance y será más que bienvenido. Sea cual sea la opción elegida, deben ponerse en contacto con las redes sociales del comedor: Comedor Siempre Los Niños en Facebook y comedorsiemprelosninos en Instagram. 

“El sistema de padrinazgos y madrinazgos no es estático, sino más bien dinámico. Cada uno de los nenes y nenas que van al comedor son apadrinados o amadrinados por una persona que los acompaña para que ciertos derechos que -se supone- deberían estar garantizados y muchas veces no lo están, como es el caso del estudio, puedan asegurarse y no implique una preocupación para sus familias, ni los lleve a la deserción u otro tipo de situaciones”, explica a Pulso Noticias Ana Gurina, voluntaria del comedor que suele repetir esta propuesta en otros momentos del año como en invierno, con la campaña “Abrigaditos”, Día del Niño y Navidad.

El contexto actual, lógicamente, no es el mejor. Desde que comenzó la pandemia la prioridad pasa por sostener la asistencia alimentaria, algo que por momentos -especialmente en 2020- se hizo difícil: “Necesitas mucho dinero, mucho apoyo. La plata que llega se va al toque”.

Asimismo, muchas personas que les gustaría ser padrinos o madrinas o solían serlo, hoy no están pudiendo debido a la delicada situación económica que atraviesa el país. Ana lo nota con claridad en comparación con otras campañas: “Está costando un montón. La mano está difícil para todos y las cosas están sumamente caras. Por eso barajamos distintas posibilidades para colaborar”.

—¿Reciben algún tipo de ayuda oficial, más allá de la que hace la gente?

—Tenemos la dificultad de que, al no contar con personería, no podemos acceder a subsidios. Lo que sí recibimos una vez por mes es un pallet con mercadería de parte del gobierno de la Provincia. Hacemos un acompañamiento integral a las familias de estos 60 chicos. Una vez por semana o cada 10 días, entregamos un bolsón con alimentos no perecederos, frutas y verduras, que proviene del pallet de la Provincia, de dinero que nos mandan algunos colaboradores o, en menor medida, de algunas donaciones de alimentos de particulares. Del municipio no recibimos ayuda. 

La tarea que hace Siempre los Niños es enorme. El eje central pasa, lógicamente, por lo alimentario, pero también realiza otras acciones igualmente valiosas. Ana lo explica: “Ofrecemos apoyo escolar, que sostuvimos durante todo 2021 con protocolos. Ahí también les damos la merienda: los voluntarios suelen llevar frutas u otros alimentos saludables para que salgan un poco de la harina, que es lo que más se consume en los barrios carenciados porque es más económico. También les damos ropa, que seleccionamos y ordenamos por talles”.

En los últimos días, se confirmó una noticia que de alguna manera premia el compromiso de la institución. Diez chicos del comedor comenzarán a hacer doble escolaridad en un colegio privado de la ciudad, gracias al ofrecimiento de una madrina que preside el establecimiento educativo en cuestión.

El acuerdo prevé que la escuela les provea beca completa, uniforme y material escolar, mientras que el comedor acompañará con una lunchera y una botella para el almuerzo, además de un uniforme alternativo. La felicidad de Ana no puede disimularse: “Será una experiencia nueva para ellos y estaremos cerca para acompañarlos, junto a las familias. Es una gran oportunidad y estamos súper agradecidos. Ellos están muy contentos e ilusionados. Cuando el sistema te patea siempre para afuera, una vez que se da una chance como esta hay que aprovecharla”. 

Redacción Pulso

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