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lunes 25-11-2024

La situación de Colombia desde adentro

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Para tener un testimonio de primera mano sobre el Paro Nacional en Colombia y la represión a las movilizaciones populares, Pulso Noticias charló con Meliza Hernández Mondragón, joven antropóloga de Manizales, que participa junto a miles de sus compatriotas en las protestas callejeras de su ciudad. Aquí su testimonio y análisis sobre las causas que llevaron al pueblo a las calles y la feroz represión desatada por el gobierno del presidente Iván Duque

Por Adolfo Rocha

-La versión que nos llega aquí en Argentina es que los militares tomaron las calles de las principales ciudades y el presidente Duque estaría por declarar el Estado de Conmoción Interior. ¿Qué se sabe allí?

“Ese tipo de procedimiento está avalado por la constitución del ’91, básicamente es un Estado de Sitio. El presidente tendría la potestad de remover de sus cargos alcaldes y gobernadores de municipios y departamentos, en caso de que llegara a suceder. En este momento el Centro Democrático que es uno de los partidos afines al actual presidente, Iván Duque y que es liderado por el ex presidente Álvaro Uribe, está  pidiendo que se decrete el Estado de Conmoción Interior. Sin embargo el presidente no lo ha hecho…público. Justamente anoche, cuando estábamos en la marcha se dijo por altavoces que se había declarado – lo cual no era cierto -.  Muchos de los participantes, principalmente jóvenes, empezaron a sentirse azarados (nerviosos)  por la noticia, otros tal vez no comprende que alcance tenga esa figura, pues básicamente el presidente puede desplazar alcaldes y gobernadores para darles el poder a las Fuerzas Armadas y a la Policía. Eso tendría un efecto muy negativo. Sin embargo…eso es en efecto lo que está pasando”.

– ¿Lo ves como inminente entonces?

“Lo que se rumorea en este momento es que el documento – el texto del decreto – ya está redactado pero no se ha hecho  público. Muchos medios independientes dicen ‘sí, el documento está hecho, pero todavía no está firmado por todos los ministros’. Digamos que hay una especie de Estado de Conmoción Interna en departamentos como el Valle del Cauca, que está hacia el sur occidente del país en el que hay literalmente una guerra en las calles, donde altos mandos del ejército,  como Zapateiro (NdR: Eduardo Enrique Zapateiro Miranda, designado Comandante en Jefe del Ejército colombiano por el presidente Duque) recibieron órdenes directas de acabar con lo que se les atravesara. Incluso el lunes en la noche llegó una comisión de las Naciones Unidas acompañada por la Arquidiócesis del Valle del Cauca y fueron agredidos. La situación humanitaria es preocupante, hay muchos videos, que están siendo verificados, que muestran a fuerzas policiales y al ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) disparando a la gente sin ninguna piedad, sin ninguna mediación de nada”.

– Desde el 27 de abril, primer día del paro nacional, se suceden las movilizaciones, cada vez más intensas a pesar de la represión y de que el presidente aparentemente habría retirado el proyecto de reforma tributaria que encendió la protesta. ¿Por qué te parece que persisten las protestas?

“La situación actualmente es una olla a presión que estalló. Esto era una bomba de tiempo que seguramente se presenta no sólo en Colombia sino en muchos países de Latinoamérica, pero en este momento la estamos viviendo a nivel nacional. Y efectivamente hay partidos de oposición. El caso es que desde mi perspectiva y hablando con muchas otras personas, compañeros de trabajo, estudiantes, gente más joven, el común denominador es la sensación de que si se llega al punto de declarase el Estado de Conmoción Interna pues estaríamos, básicamente, en manos de militares. Pues obviamente eso sería aún más desastroso pues entonces tienen toda la potestad para finalizar de raíz las protestas sociales que son un derecho. Adicionalmente el Concejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que está muy bien organizado y se moviliza muchísimo porque son comunidades étnicas que han sufrido  violencia, desplazamiento, durante toda la vida les han quitado sus tierras, pues ellos incluso estaban hablando de un golpe de Estado, lo que sería aún peor, si se quiere… aunque no se sabe qué sería peor realmente. Si pensamos en ese escenario de golpe de Estado entonces ¿quién quedaría realmente en poder?. Si el presidente renuncia su reemplazo sería la vicepresidenta que tampoco es una persona idónea. Entonces no tenemos un escenario muy alentador en este momento”.

-¿Cómo evalúas la reacción de la oposición política al gobierno de Duque?

“Hay que decir las cosas como son y es que la oposición también aprovecha para hacer su política con la desgracia ajena, pero la gente no quiere, no desea,  no le gusta ese tipo de discursos  porque es el pueblo contra el pueblo. Entonces son los de derecha tirándose encima a los de izquierda y los de izquierda a los de derecha, entonces pareciera que no hay una salida real más que el diálogo. El problema es que el gobierno dice que instaura unas mesas, sobre todo por ministerios y por sectores gremiales que  están adheridos al paro, pero queda todo como muy desarticulado y una sensación de desconocimiento total de la población civil. Entonces, es una bomba de tiempo que en algún momento debía estallar…y fue este. Estamos hablando de una generación que literalmente no tiene nada que perder, que les importa nada salir y que los maten porque es que no tienen nada. Se dice que el 19% de las familias no tienen acceso a una segunda comida al día, pero yo diría que es el doble de eso. Aquí hay gente que vive en extrema pobreza, no tiene acceso básico a salud, educación, entonces son chicos que crecen en medio de situaciones sociales bastante complejas en las que el micro tráfico (de drogas) abunda, la prostitución abunda, la drogadicción abunda y son muchos de estos chicos los que también salen a la calle y hacen desmanes porque no tienen nada que perder”.

-¿Y cómo ves la situación en el corto plazo?

“Es muy triste ver que no se encuentra una salida. Por ejemplo, el gobierno actual no ha convocado a la oposición para establecer su segundo intento de reforma tributaria: el señor presidente retiró la propuesta de reforma tributaria pero está armando una nueva sólo con los partidos afines. En ocasiones también vemos que la oposición lo que intenta hacer es política para las próximas elecciones. Con todos los muertos, los desaparecidos, las mujeres abusadas sexualmente. Es una desazón terrible no verle una solución a esto de manera inmediata y siendo colombiana que ha vivido aquí siempre, que es antropóloga, es muy difícil verle una solución a esto más allá del diálogo, de la educación. Pero si no hay esos principios básicos es imposible llegar a ese punto medio de la razón, a sentar en una mesa y decir ‘bueno, esto es lo que yo propongo y lo que estoy dispuesto a ceder, usted también ceda’. Además sabiendo que el salario básico en este país es de alrededor de 234 dólares estadounidenses, que los impuestos siguen subiendo: iban a ponerle impuestos a los productos de la canasta básica, como el arroz, a la carne, lo que es absurdo. La gente ya no iba a poder acceder a comprarlos. Entonces tenemos que esperar a ver qué reforma tributaria proponen ahora, por eso la gente no quiere dejar las calles, no les importa nada y la solución realmente no está fácil”.

-¿Cómo se ve desde allí la reacción en el ámbito internacional?

“Todos los pronunciamientos que he visto son básicamente de colombianos en el exterior y Naciones Unidas y la Comisión de la Verdad que tiene sus organismos fuera del país pese a que muchos de esos profesionales son colombianos y trabajan aquí, pero les toca estar fuera del país por lo que implica desenmascarar en este país: amenazas y etc. Entonces se esperan pronunciamientos pero, nada, sólo se manifiesta la sociedad civil y los colombianos en el exterior que están haciendo sus manifestaciones. Pero del resto no se ha escuchado mucho más. Es casi como un abandono que se siente, un abandono regional, pero qué se puede esperar si en este momento la mayoría de los gobiernos regionales están también salpicados por altos niveles de corrupción y una ideología de represión. Frente a la dictadura, Argentina ya la vivió, Chile ya la vivió, muchos países en Latinoamérica ya lo vivieron y así  aceptan ese capítulo de sus historia como tal. Aquí en Colombia no hemos podido con ello. No soy historiadora, aunque me apasionan estos temas y he leído. Aquí ya tuvimos una dictadura por ejemplo con alto militar al Poder, Rojas Pinilla y aun así hay gente que lo adora y es completamente válido, tiene sus argumentos para hacerlo. De hecho a partir de esas diferencias es que realmente se construye para todos. Pero en este momento aún seguimos creyendo que esto es una democracia pero realmente es una dictadura vestida de democracia”.

¿Qué ves hacia el futuro respecto de lo construido socialmente en las manifestaciones?

“Personalmente yo nunca había visto una movilización como la que se está presentando actualmente y tampoco esos grados de violencia, al menos en las ciudades. La violencia aquí en Colombia es pan de cada día, no es un secreto para nadie, ya aprendimos a convivir con ella. La violencia se nos volvió cotidiana pero paradójicamente la dignidad no. Entonces  es una sensación de extrañeza y es complejo tratar de ver todo este fenómeno social, económico que está aconteciendo en este momento en mi país.  Sin embargo es algo que estaba dormido y llegó justamente este momento en pandemia en donde el gobierno se endeuda enormemente  y a partir de la tan famosa reforma tributaria, que es un  eufemismo, le llaman “ley de solidaridad sostenible” y es básicamente para meterle más impuestos a la gente y taparles parte del hueco fiscal que tiene el país. Entonces son una cantidad de factores aterradores que uno quisiera analizar más en profundidad pero es tanta la información que llega que no se puede hacer la vista gorda ante tantos atropellos a la sociedad civil”.

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