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viernes 26-04-2024

A cinco años del Prensazo: un grito contra la precarización laboral

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El 21 de agosto de 2014 trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación de La Plata se movilizaron por sus derechos laborales y en rechazo a la informalidad laboral que padecía el sector. La histórica marcha marcó un antes y un después para el gremio de prensa

Entre el 1ro y el 7 de agosto de 2014 la entonces dueña del diario Hoy de La Plata, Miryam Renée Chávez de Balcedo, fiel a su estilo, había decidido echar 10 periodistas de un plumazo. Al mismo tiempo en Radio Provincia una decena de trabajadoras y trabajadores contratados reclamaban por los salarios que el Gobierno de Daniel Scioli les adeudaba desde hacía cinco meses. Mientras, el personal del portal Diagonales.com intentaba resistir el vaciamiento progresivo de la empresa.

Los tres conflictos no sólo tenían en común que ocurrían al mismo momento en la misma ciudad, sino también que sus protagonistas habían decidido pelear por sus derechos y no resignarse. En menos de una semana, los despedidos y despedidas del diario Hoy junto a los contratados y contratadas de Radio Provincia decidieron organizar una movilización hacia la Gobernación bonaerense para reclamar por sus derechos. A este esquema se sumaron los y las periodistas del mencionado medio digital que había comenzado a ser vaciado por su patronal hacía ya más de un año.

Pero el reclamo pronto trascendió esos tres conflictos, que en el fondo eran expresión de una realidad mucho más extendida: el nivel de precarización laboral que se vivía en aquel momento en los medios de comunicación de la ciudad alcanzaba al 44% de los trabajadores y trabajadoras, según un relevamiento impulsado por el Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras de Prensa que se conocería unos meses después. El Estado provincial era cómplice de esta situación al no llevar a cabo inspecciones laborales en prácticamente ninguna de estas empresas.

Quienes trabajaban en los medios de comunicación habían naturalizado dicha situación de explotación. Bajo la lógica de poder ingresar al mercado laboral periodístico como sea, accedían a condiciones laborales paupérrimas y que luego no significaban ningún ascenso ya que los dueños de los medios  -como en cualquier rubro- utilizaban mano de obra barata siempre.

En ese contexto, a la organización de la marcha se sumaron también periodistas y reporteros gráficos de otros medios de comunicación, sobretodo de portales digitales y radios que funcionaban en la absoluta ilegalidad en términos de contratación laboral. La movilización fue una advertencia a los dueños de los medios y también al Estado provincial: el gremio de prensa estaba diciendo “basta”.

La actividad fue apoyada por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (no así por la conducción de aquel entonces del Sindicato de Prensa Bonaerense; aunque sí estuvieron presentes algunos de sus dirigentes); por la Asociación de Reporteros Gráficos (Argra); y también por los gremios que integran la Confederación Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación (Cositmecos), por el sindicato docente SUTEBA La Plata, por varias delegaciones de organismos estatales, y por todas las agrupaciones estudiantiles de la Facultad de Periodismo, que se encolumnaron desde la sede del bosque para sumarse a la marcha.

Fueron alrededor de 300 personas las que estuvieron ese día en la calle con una bandera encabezando la columna que decía: Basta de precarizar en los medios de comunicación. Era la primera vez que este sector se movilizaba en La Plata de una forma tan masiva en los últimos años. Para rastrear marchas multitudinarias de este gremio en la ciudad había que remontarse al asesinato de José Luis Cabezas.

De todas formas, aquel había sido un año especialmente conflictivo. No casualmente unos meses antes la FATPREN había organizado una marcha en la ciudad para pelear por un mayor aumento en las paritarias de prensa escrita, a la que habían asistido trabajadores del diario El Día y Agencia DIB mayoritariamente, pero que en términos cuantitativos había sido considerablemente más chica que el Prensazo (debido al miedo que habían metido los dueños de ese periódico, sobre posibles represalias) reuniendo alrededor de 50 personas.

Luchar sirve, siempre

El Prensazo expresó un grito de época. El del hartazgo contra las condiciones laborales impuestas en la región desde hacía varios años, al calor de la flexibilización laboral de los años ‘90, profundizadas post 2001. El trabajo en los medios de comunicación fue uno de los que no había logrado revertir esa situación, y lo que imperaba como moneda corriente y totalmente naturalizada era el laburo no registrado, la polifuncionalidad, el desconocimiento de los convenios colectivos, la imposibilidad de sindicalizarse, la falta de aportes jubilatorios y obra social, la desigualdad salarial, el monotributo y los sueldos bajos.

Por sólo citar un ejemplo: en el año 2009 toda la planta del diario Hoy fue obligada a renunciar y hacerse monotributista, hecho que se aceptó prácticamente sin chistar y que simbolizó una derrota enorme para todo el gremio de prensa. De ahí en adelante, la precarización laboral se extendió al reguero de portales web que comenzaban a nacer.

Aquella movilización fue un antes y un después. Tres años más tarde, en el diario Hoy se producía la histórica reincorporación de cuatro de los diez trabajadores que habían sido despedidos. Para ese momento en esa empresa, ya todos sus trabajadores estaban registrados desde hacía dos años, y en 2016 habían podido elegir después de quince años un delegado gremial.

Los trabajadores contratados de Radio Provincia lograron pocos días después de la movilización el hago de sus salarios adeudados, y en lo siguientes años el personal tuvo que enfrentar los intentos de ajuste de la gestión de Cambiemos, que luego asumiría el Gobierno.

Varios de los medios digitales de la ciudad -los que existían en aquel momento y otros que nacieron después- tuvieron que empezar a regularizar condiciones laborales registrando a sus trabajadores. La palabra “paritaria” empezó a ser escuchada en redacciones y estudios de radio donde antes reinaba la total informalidad. Los trabajadores y trabajadoras de prensa fueron, después de aquel momento, un poco más conscientes de la necesidad de pelear por sus derechos.

Por otro lado, el Prensazo fue un hecho a contracorriente de una lógica que impera en la profesión: la del individualismo y la competencia. Esto era producto de una generación de trabajadores y trabajadoras jóvenes generaron lazos solidarios entre sí, uniéndose para mejorar las condiciones laborales.

De todas formas, entre aquel momento y hoy, a los avances que hubo hay que contrapesarle un escenario político y económico que se tradujo en más de un centenar de despidos y cierres de empresas en la región. En ese sentido, en los últimos cinco años desaparecieron varios medios en la ciudad (el mencionado diario Hoy; el canal QM y la corresponsalía de Agencia DyN), hubo despidos masivos en otros, como Diagonales.com; y hubo intentos de despido en otros como la corresponsalía de Agencia Télam. De la misma forma, los altos niveles de precarización laboral y contrataciones ilegales siguen vigentes y generan batallas diarias en los lugares de trabajo.

Pero también, otras peleas se fueron fortaleciendo en el sector enmarcadas en las luchas por los derechos de las mujeres y disidencias, que irrumpieron con fuerza en los medios de comunicación de la región, y en el marco de las cuales tomaron las calles las trabajadoras de prensa en los paros internacionales de los 8 de marzo y en las movilizaciones por la legalización del aborto.

El gremio de prensa en aquel momento despertó otra vez desde abajo por la necesidad de sus propios trabajadores y trabajadoras. En varias de las luchas actuales se puede ver un hilo de continuidad con aquel hecho, y que llama a no retroceder en lo más mínimo los derechos conquistados. 

Periodista y Licenciado en Comunicación Social. Sagitario en casa diez, ascendente en Piscis y luna en Capricornio. Buena mano para el mate. Trabajó en Infoanpress; diario Hoy; Agencia La Provincia; revista Avanzada Sindical; revista La Tecla y colaboró en ANRed. Escribe en secciones como Política, Derechos Humanos, Interés General y Socio Ambiental. Un poco sindicalista. No es tímido, nomás le cuesta entrar en confianza.

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