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jueves 25-04-2024

Chicha, la vamos a encontrar

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A un año del fallecimiento de la Abuela de Plaza de Mayo María Isabel Chorobik de Mariani, el pedido no se detiene: ¿dónde estás Clara Anahí?

Por Paulina Tarantino

Es la tarde en la casa de calle 30 entre 55 y 56. La gente en el interior habla bajito, como con respeto. Es que con el tiempo se notan cada vez las ausencias entre esas paredes apestadas de balazos, y se homenajea a la persona más necesaria de estos 43 años: María Isabel Chorobik de Mariani. O Chicha.

La Abuela de Plaza de Mayo falleció a los 94 años el 20 de agosto de 2018. Ya casi no iba a la casa donde militares al mando de Etchecolatz y Camps habían secuestrado a su nieta Clara Anahí y asesinado a Diana Teruggi -su nuera- y a cuatro compañeros de ésta y de su hijo Daniel Mariani. Los achaques de la edad y el dolor se hacen más agudos con el tiempo. Pero había algo que Chicha no dejaba de hacer: de buscar y de tender puentes para que un día su nieta pudiera volver.

Ayer, a un año de su fallecimiento, militantes de Derechos Humanos organizaron una vigilia para dar continuidad a su búsqueda. Pulso Noticias dialogó con Celina, una de las guías de la Casa de la Memoria  Mariani – Teruggi  y destacó la importancia del sitio no sólo como lugar de la memoria sino también como uno de “reivindicación a la lucha de la época”. “Tenemos muchas visitas escolares; es muy importante porque pibas y pibes se van encontrando con una realidad que no es ajena en el tiempo; por distintos hechos de nuestro cotidiano como la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López o los casos de gatillo fácil que están relacionadas con historias como las que se vivieron en esta casa”.

La vivienda de la familia baleada por más de siete horas por el Ejército y miembros de la bonaerense, mantiene incólumne sus huellas de terror. Pero tal como dice Celina, también hay allí un espacio para la resistencia y la constancia por las luchas. Sin ir más lejos, Chicha transitó un camino tenaz e implacable mucho tiempo. Recién en 2011 -por un colimba que testificó en un juicio del Circuito Camps y alegaba que la niña había salido con vida del ataque a la casa- se hizo caso al pedido desesperado de la abuela que había estado clamando por su nieta. Hasta antes de ese momento, la justicia no aceptaba que encontrar a Clara Anahí fuera una posibilidad.

“Las Abuelas se están yendo pero nos han dejado una enseñanza muy importante, hemos querido seguirlas porque lo sentimos como una necesidad”, dice Celina. “Es fundamental seguir militando todos los espacios cuando ellas no estén; y ya seamos nosotras o las siguientes generaciones, no frenar este descargo de la memoria, nunca. Por que hay que encontrar a Clara Anahí y a todos los nietas y nietas que faltan y devolver las identidades apropiadas”, concluye.

Son las seis y ya no queda casi nadie en la casa. En un rato, cuando el último joven se suba a la bici y cierre la puerta, volverá a ser ese sitio donde el tiempo aprisionó agujeros y estruendos. Pero también donde viven las palabras que Chicha alguna vez nos recitó a todxs: “Querida nieta, soy tu abuela (…) ya tienes 43 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos (…) Quiero contarte que tu abuelo paterno se dedicó a la música y yo a las artes plásticas; que tus abuelos maternos a las ciencias; que tu papá era licenciado en economía y tu mamá amaba la literatura(…)”.

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