La fiscal Ana Medina, titular de la UFI Nº 1, desarchivó la causa iniciada en 2008 por abuso sexual contra el capellán general del Servicio Penitenciario Bonaerense y párroco de la iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet
Por Estefanía Velo
¿Será que el sacerdote Eduardo Lorenzo corre el mismo destino que Julio Grassi? Hace un mes, León pudo contar todo lo vivido durante su adolescencia, cuando residía en el Hogar “Los Leoncitos” y participaba de la iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, y los abusos que allí sufrió por parte del cura de esa parroquia: Eduardo Lorenzo.
En 2008, los padrinos de León lo denunciaron en la Justicia Penal, y también dentro del Arzobispado platense, sin embargo todos guardaron silencio. La causa penal se archivó de manera exprés y la curia de nuestra ciudad siguió escondiendo el problema debajo de las alfombras.
Sin embargo, León abrió una caja de Pandora: la fiscal Ana Medina –titular de la UFI Nº 1- tuvo que modificar su primera posición sobre el hecho. Este lunes resolvió desarchivar la causa de 2008 a pedido del damnificado, que actualmente cuenta con el patrocinio de Juan Pablo Gallego, el mismo abogado que logró la condena y encarcelamiento por abuso sexual infantil del cura Grassi.
“Esto reabre un escenario inesperado para el acusado, Lorenzo, que hasta aquí no había tenido ninguna consecuencia del proceso penal, o de una investigación, que prácticamente no lo rozó cuando se tramitó allá por 2008”, afirmó Gallego en declaraciones a La Izquierda Diario. Al tiempo que resaltó: “Hubo una relación de poder que le permitió atravesar ese proceso con impunidad, al punto de que luego de haber transcurrido tantos años la propia defensa se presentó por estos días pidiendo desvincularlo a través de un sobreseimiento”.
Ya con un pedido de sobreseimiento tramitándose en los pasillos de los Tribunales platenses, el último domingo el jefe máximo de la Iglesia de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, acompañó a Lorenzo en su misa dominical en la parroquia de Gonnet mostrando, una vez más, como lo hizo con la carta pública, el apoyo de la curia al acusado.
Para Julio Frutos, padrino de León, el “desarchivo es recomenzar, tras casi once años de monolítico silencio de la Justicia civil y eclesiástica, el debate acerca de si Eduardo Lorenzo es el sacerdote católico de impecable fama y trayectoria que sostiene la jerarquía de la diócesis o es lo que nosotros creemos y afirmamos”. Y agregó: “Tendrán que hablar las pruebas, los testigos y peritos, y fundamentalmente las víctimas”.
En diálogo con Pulso Noticias, Julio Frutos, un fiel católico, manifestó que están “doloridos y contentos: con dolor porque ésta es una pelea familiar, de hermanos en la fe, de hijos comunes de una misma madre y contentos porque la verdad tendrá necesariamente que ser alumbrada en beneficio del Señor que predicamos”.
“Rogamos que los sacerdotes y laicos amantes de la verdad se nieguen a encubrir y se pongan del lado de los que más sufren, que no son los acusados de abuso sino las víctimas”, remarcó el padrino de León.
Eduardo Lorenzo fue confesor de Grassi y del excapellán de la Policía Bonaerense condenado por delitos de lesa humanidad, Christian Von Wernich, y conoce de primera fuente las trayectorias de esas personas. Además, al ser capellán general del Servicio Penitenciario Bonaerense ocupa un lugar de funcionario público, por lo que el Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Ferrari, y la gobernadora María Eugenia Vidal deberán tomar cartas en el asunto ante esta denuncia por abuso sexual.
Por último, el letrado destacó que la resolución de desarchivo “nos permite avanzar en el aporte de los elementos de convicción necesarios, pedir que se valore los ya incorporados con vista a vincular efectivamente al sacerdote Lorenzo para esclarecer los hechos, obtener su procesamiento y en su hora solicitar su detención en la medida en que tengamos los elementos que creemos contar”.
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