La protesta se realizó en ciudades de todo el país con una organización federal inusitada y con destacados niveles de articulación entre diferentes sectores políticos organizados y no organizados. En La Plata, muñecos, teatro, música, baile y esténcil contra el DNU y la Ley Ómnibus. Fotos: Cami Flores
La protesta organizada con el título “Cacerolazo cultural” en repudio las primeras propuestas del gobierno de Milei en todos sus aspectos, pero sobre todo en el ámbito cultural se realizó en todo el país. Se trató de la respuesta de artistas y trabajadores de la cultura al “intento de avasallar derechos” por medio del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y la denominada ley ómnibus. Este miércoles 10 de enero, entre las 18 y las 20, con distinto tipos de masividad, en varias plazas del país se expresaron las manifestaciones artísticas y los ruidazos sostenidos.
Bajo la consigna “Encendamos la lucha para que no apaguen la cultura”, referentes del sector convocados por expresaron su preocupación por el “vaciamiento educativo y cultural”. En ese sentido, manifestaron su fuerte repudio, por ejemplo, a la derogación de la Ley de Libro. Además, la “Ómnibus”, mencionaron contempla el cierre del Instituto Nacional del Teatro (INT) y del Fondo Nacional de las Artes (FNA), así como el desfinanciamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto Nacional de la Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).
En La Plata, el “cacerolazo cultural” fue convocado desde “Unidxs por la Cultura” de esta ciudad, también Berisso y Ensenada, un frente entre agrupaciones y activistas independientes. La tarde transcurrió bajo la lluvia, y reunió a artistas de distintas disciplinas, emprendedores, centros culturales, artesanos, representantes de la educación y de la gestión cultural de la Plata, Berisso y Ensenada, que se congregaron frente a las escalinatas del Pasaje Dardo Rocha, frente a la Plaza San Martín para expresar su repudio a las medidas que, entre otras cuestiones, buscan desfinanciar y eliminar “los fondos de asignación específica con gran peso en el fomento a la cultura”, explicaron desde la organización.
Frente a un escenario montado en la esquina de 6 y 50, los primeros en expresar su postura fueron una murga y una cuerda de tambores que le pusieron música y danza a la tarde, y que alentaron consignas como “unidad/de los trabajadores/ al que no le gusta/ se jode”.
Además, la jornada de protesta fue acompañada por la participación de bandas musicales, artistas visuales, recitadores, y representantes de distintas instituciones, quienes advirtieron sobre el impacto de las medidas en las distintas áreas, como Juan Manuel Rocha, en representación de la Asociación de Directores de Coros de la República Argentina; Diana Fainstein, directora teatral; y Gisela Nomdedeu, del Instituto Nacional del Teatro.
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