Pulso Noticias habló con el hermano de Santiago. A un año de la desaparición forzada y posterior muerte del joven, Sergio habló del dolor y la fuerza de su familia, del rol de los medios y dijo que siempre responsabilizará a Patricia Bullrich: “nos ningunearon y nos desprestigiaron”
“No descarto un posible suicidio de Maldonado”; “hay un 20% de posibilidades de que este chico esté en Chile”; “es como Walt Disney”. Con esas frases, Elisa Carrió regó de pistas falsas la desaparición de Santiago Maldonado aquellos primeros días de agosto de 2017. Cuando todo era desesperación y la gente se volcaba a las calles para exigir su aparición, los titulares de los principales medios de comunicación anunciaban que una pareja había llevado “al joven artesano” hasta Esquel, que lo habían visto en Ushuaia o que un camionero lo había levantado en Entre Ríos, y hasta aseguraron que, “según un jefe policial, varios vecinos vieron al joven” en el litoral.
¿Cómo fueron esos días de búsqueda y desesperación para la familia Maldonado? ¿Cómo es hoy, a un año de su desaparición durante la represión de Gendarmería, el dolor y la lucha de quienes lo conocieron? ¿Cómo es sentir la impunidad en la carne, clavada en lo más hondo? El fin de semana, Pulso Noticias compartió en Brasil tres días con Sergio Maldonado, su hermano, el que levantó en alto la bandera de verdad y justicia. Lo vimos hablar una y otra vez con la prensa, llorar en silencio o abrazar a otros familiares y víctimas de la represión estatal.
“Siento que tengo una doble vida. Una es cuando participo de todo esto, cuando estoy más activo en Buenos Aires, y otra es cuando vuelvo a Bariloche y trato de seguir con mi vida, con mi rutina, que nunca está”, dijo Sergio, con las manos en los bolsillos y la remera siempre con el rostro de su hermano menor. Parece cansado, pero insiste en que no le molestan las notas. Quiere hablar de la causa: una pericia reciente confirmó lo que ya sabía, que el cuerpo, por su estado de conservación, no pudo haber pasado 78 días en el agua, ahogado en el río. Pero, a un año, también reflexiona sobre la lucha, sobre el gobierno y su política represiva, y sobre las lecciones que aprendió en el camino.
-¿Estuvimos a la altura, como sociedad, en esta lucha?
-A la altura estamos, gracias a eso apareció el cuerpo de Santiago. Pero es cierto que quienes la peleamos en realidad somos un círculo pequeño, debería haber más gente en la calle, comprometida. Por ahí es más poner un “me gusta” en Facebook, compartir en las redes y seguir mirando de reojo. No hay tanta participación, por eso pareciera que no alcanza, pero sí.
-¿Cuál ha sido el rol de los medios en esto?
-La prensa afín al Gobierno tiene otros intereses muy diferentes al de los familiares, que es verdad y justicia. No les importamos nosotros. Fueron 78 días de agonía, con la locura que es buscar a un desaparecido. No sabíamos si dormía, si comía o tenía frío. A la distancia mis padres, mi hermano y mi abuela no sabían qué pasaba, y los medios de comunicación divulgaban noticias falsas.
-¿Cinismo? ¿Impunidad? ¿Cómo calificas el discurso del Gobierno?
-Siempre voy a responsabilizar a Patricia Bullrich por lo que hizo. Dijeron que a Santiago lo acuchilló un puestero, que pertenecía a la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), que era terrorista, que mi familia no se presentaba para sacarse el ADN, que era todo un invento de los organismos de Derechos Humanos. Nos ningunearon, nos desprestigiaron, nunca se pusieron del lado de las víctimas. No hay palabra ni calificativo para tanta provocación y cinismo.
Hoy, miles saldrán a las calles nuevamente. Plaza de Mayo se llenará de carteles con la mirada de Santiago, la voz de Sergio retumbará, el pedido de justicia llegará hasta Casa Rosada y se colará a la fuerza, como siempre. Aunque haya viento en contra. En este año, la lucha por Santiago Maldonado marcó a fuego la conciencia de millones de argentinos. Hubo avances y retrocesos: el cuerpo apareció, su caso sigue impune. Durante el panel que Pulso Noticias presenció en Porto Alegre, Sergio reflexionó: “Hoy mis viejos tienen a Santiago en su pueblo natal, donde pueden ir a rendirle homenaje, a llevarle una flor o hacer una misa. Todos llevamos la lucha como podemos, a veces nos sale, a veces no. A mi viejo le toca quedarse en su casa porque no puede levantarse de su cama, a mi vieja le sale rezar”.
No hay responsables, nadie rinde cuentas y el gobierno redobla la apuesta. Así se firmó el decreto para que las Fuerzas Armadas intervengan en la seguridad interior, en un paso más de la escalada que explicó Sergio: “Lo que empezó con Santiago siguió con el asesinato de Rafael Nahuel, la represión frente al Congreso por la reforma jubilatoria, los arrestos domiciliarios a genocidas en diciembre, y aquel 31, a fin de año, con el ascenso de los gendarmes involucrados en la desaparición de mi hermano. Luego Macri recibió al policía Chocobar, que es un asesino, y lo premió. Estamos ante una escalada de violencia por parte del Gobierno, y las fuerzas de seguridad están desenfrenadas, con su aval”.
-¿Cómo sigue esta lucha?
-Sigue en las calles. Por ahí sin tanta participación, entiendo que también hay otras urgencias. Nosotros tenemos que seguir el expediente, no cansarnos tanto, cuidarnos. Nos estuvieron debilitando todo el tiempo, salíamos a desmentir y nos desviaban el eje. Ahora es tiempo de parar un poco, pensar con otras perspectivas, ir cambiando la forma de lucha. Eso es lo que voy a hacer ahora.
-¿Ante tanto dolor, de donde sacas la fuerza?
-No sé. A mí me gustaría quedarme durmiendo tranquilo, tomarme vacaciones, seguir con mi vida. No sé cómo es esto de la fuerza, sólo sé que cuando vino Norita (Cortiñas) a verme el 8 de agosto (de 2017), con 80 y pico de años, y la vi que se acostó a las dos de la mañana y a las 5 estaba arriba otra vez, yo entendí que no me puedo quedar acostado. Norita me allanó el camino y me guió en la lucha.
EL VIDEO DE LA ENTREVISTA:
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