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viernes 19-04-2024

“El ‘Atlanticazo’ fue el estallido de una sociedad que dice basta”

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Pocos días después del “Chubutazo” en contra de la megaminería, organizaciones ambientales, políticas, vecinos y vecinas de la costa bonaerense se organizaron para salir a decirle ‘no’ a la instalación de plataformas offshore en el Mar Argentino. ¿Qué está pasando en las calles de Mar del Plata? ¿Qué sucede cuando las decisiones se toman desoyendo a las comunidades?

Por Walter Amori

“Me parece que es urgente tomar conciencia y tomar medidas concretas. Tenemos mucho de quien aprender, yo siempre digo que hay que aprender de las cosmovisiones de los pueblos originarios. Me parece que hay muchas cuestiones para replantearnos, deconstruirnos, el eco-feminismo tiene mucho para aportar. Creo que las nuevas generaciones, los movimientos sociales y ambientales van a confluir con toda la corriente eco-feminista. Y seguramente en algún momento, así como apareció una marea verde feminista, va a aparecer una marea ecologista”.

La reflexión pertenece a Martín Crespi, creador de “Pachamamita Libros”, la editorial autogestiva que dialoga con las infancias sobre temas ambientales. La declaración, brindada en agosto pasado a Pulso Noticias, sin dudas hacía referencia al incremento de las demandas socioambientales de distintas poblaciones y de las nuevas generaciones que apuestan por un mundo mejor, y anticipaba los que vimos reflejado en las últimas semanas en nuestro país.

En diciembre pasado el pueblo chubutense salió a las calles con protestas que fueron replicadas en muchas ciudades del país diciéndole “No a la Megaminería” y con el lema “el agua vale más que el oro”, en lo que se conoció como el “Chubutazo” o “ChubutAGUAzo”. La contundente acción ciudadana, organizada horizontalmente por medio de asambleas, obligó al gobernador de esa provincia, Mariano Arcioni a dar marcha atrás con la ley de zonificación minera que había sido aprobada por la legislatura provincial y a impulsar la convocatoria a un plebiscito.

Unos días más tarde y tras conocerse el 30 de diciembre que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible había aprobado la exploración hidrocarburífera en el Mar Argentino, sobre las áreas denominadas CAN 100 y 108 (a 307 kilómetros frente a la ciudad de Mar del Plata) y la segunda sobre el área CAN 114 (a 443 kilómetros de la costa), surgió el “Atlánticazo”, con Mar del Plata y las ciudades costeras bonaerenses como epicentro de las protestas, pero con eco en muchos puntos del territorio nacional.

“Las comunidades costeras decimos ‘no a las petroleras’ porque el mar es el centro de nuestra vida y de la vida de una gran cantidad de fauna marina. El ‘Atlanticazo’ fue el estallido social de una sociedad que dice ‘basta’”, relata a Pulso Noticias, Alejandra, integrante de la Asamblea Mar Libre de Petroleras y de la organización política popular Marabunta. “No hay salida si uno abandona la movilización callejera y las exigencias”, asegura.

Con ella dialogamos para conocer la mirada desde el lugar de los hechos y la lucha que llevan adelante luego de las contundentes manifestaciones que se desarrollaron en enero y que prometen no ceder.

-¿Cómo está viviendo la sociedad marplatense, tanto las organizaciones ambientalistas y políticas como los vecinos y vecinas, esta situación?

“Creo que una de las cuestiones positivas que sale de todo este movimiento que se viene gestando hace meses, desde julio más o menos, es que desde que se inició la audiencia pública nos venimos encontrando distintas asambleas socioambientales, distintas organizaciones políticas, vecinos y vecinas. En esa audiencia pública hubo muchas voces de la ciudadanía. Hay mucha preocupación de lo que puede suceder en nuestro mar, entendiendo las consecuencias que puede haber sobre la diversidad del mar y lo que afecta a la economía local, al turismo, a la pesca artesanal, eso fue lo que ayudó a que este levantamiento social se haga tan masivo”.

-Está la preocupación a partir de lo que ha ocurrido en otras partes del mundo…

“Este condicional de ‘puede llegar a pasar’ se basa en situaciones que ya han sucedido. En las playas de Comodoro Rivadavia, de Río de Janeiro, donde funcionaron plataformas off shore los derrames han afectado a las costas y todo eso repercute sobre el turismo y sobre nosotres, que vivimos del mar y nos la pasamos yendo al mar. Como le pasa a quien vive cerca de un río, o vive cerca de una montaña, es parte de su cotidianeidad. No hace falta demasiada información para salir a levantarse en contra de las petroleras, para saber lo que pasa con estas plataformas y los efectos que han tenido”.

-Además está el reclamo por la afectación sobre la fauna marina

“Es importante entender que las ubicaciones del CAN 100, CAN 108 y CAN 114 coinciden con el curso de la ballena Franca en sus movimientos cotidianos. Yo soy socióloga pero en los últimos días se ha aprendido mucho sobre biología marina, sobre todo de compañeres que vienen de las Ciencias Exactas. Y esa es una de las máximas preocupaciones porque estos animales se comunican por medio de los sonidos y el efecto que causan las exploraciones símicas las va a afectar directamente, les puede romper los tímpanos, pueden llegar a conducirles a la muerte, las desorientan. Después el gobierno sale a decir que hay una evaluación de impacto ambiental. Sí, hecha por la misma empresa, por Equinor, una empresa que ha tenido derrames de petróleo”.

-El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, de Juntos por el Cambio, una fuerza política que se ha caracterizado por fomentar este modelo de producción extractivista, paradójicamente se mostró con preocupación sobre este tema

“Sí, primero a Montenegro hay que decirle que se tendría que haber acordado en el 2019 de salir a decir que estaba en contra de las plataformas, cuando (Mauricio) Macri sacó la primera resolución para habilitarlas. Y por otro lado, que salga Montenegro solo a decir que está en contra de las petroleras no alcanza. El intendente de Villa Gesell salió a  decir que está a favor, no sé qué va  decir el intendente de Miramar. Tienen que ponerse de acuerdo y manifestarse en unidad, porque si no son solo cuestiones testimoniales. Hay mucho oportunismo político, no están tomando medidas concretas”.

Golpes de timón

La doctora en sociología Maristella Svampa y el abogado ambientalista Enrique Viale señalan en una nota de opinión publicada en elDiarioAR: “La cartera ambiental fue la encargada de llamar a la audiencia pública, realizada en julio de 2021, en la cual manifestaron su rechazo más de 400 participantes entre científicos de diferentes campos, ciudadanos de todo el país y organizaciones ecologistas. Tomando en cuenta la postura negativa que predominó en la audiencia pública, así como los acuerdos internacionales de descarbonización y el mandato de la transición energética, al interior del gobierno circularon mensajes de que Cabandié no otorgaría la licencia ambiental a la actividad hidrocarburífera offshore. Sin embargo, meses más tarde, éste hizo tabula rasa de los reclamos ambientales y los compromisos internacionales, reorientando su discurso hasta ponerlo en sintonía fina con la narrativa extractivista del Ministerio de Producción. Vaya a saber cómo operó el disciplinamiento partidario al interior del gobierno, pero resulta evidente que el Ministerio de Ambiente cedió ante las presiones internas y comenzó a hablar otra lengua”.

Además de lo descripto por Viale y Svampa, también en interesante los plasmado por la Licenciada en Relaciones Internacionales Delfina Godfrid y su par en Economía Ana Julia Aneise en un artículo publicado en el sitio web Abro Hilo en el que indican que “resulta evidente que no hay confianza desde la sociedad civil en los procesos de gobernanza de los recursos naturales”, ante lo que se hace necesaria “una comunicación clara con información transparente por parte de los servidores públicos”.

Y ene se sentido resaltan que “si bien se realizó una audiencia pública y se presentaron y aprobaron estudios de impacto ambiental en torno al proyecto, el hecho de que la autorización se haya efectuado un 30 de diciembre, tras un resultado adverso de la audiencia y sin una comunicación oficial que explicara la decisión, abre un lógico terreno a la aprehensión”.

-Después de lo que fueron  las masivas manifestaciones del 4 de enero los funcionarios del gabinete nacional, como el ministro de producción Matías Kulfas o el secretario de Energía, Darío Martínez, salieron con una posición muy fuerte. Si bien tuvieron que poner en agenda pública el tema, se colocaron en una posición irreductible, como diciendo ‘no vamos a dar ni un paso atrás de lo que se firmó’. ¿Cómo recibieron esas declaraciones?

“No sorprende porque ya veníamos viendo para qué lado pateaban la pelota, sobre todo Kulfas que ya ha salido a declarar a favor de la megaminería, como si la megaminería fuera sustentable. Y, por otro lado, lo que vemos es que salen con una necesidad de desacreditar la voz del movimiento socioambiental, salen a tratarnos de exagerados, de catastrofistas. En este caso están diciendo que son falacias lo que nosotres aseveramos. Si se avanza con la exploración sísmica y comienzan con la explotación van a haber derrames, el derrame en mar no hay manera de frenarlo y es un riesgo que existe. También existe el riesgo de que se prendan fuego las plataformas. El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, salió a decir que teníamos que estar tranquilos los ambientalistas porque iba a haber un ministro controlando que eso no suceda, más falaz que eso no existe. Sabemos que lo que quieren hacer es juntar dólares para pagar la deuda con el FMI. Dentro de nuestras luchas también está el no pago de la deuda porque es una deuda ilegítima. Y acá los que se están poniendo en riesgo son nuestros bienes comunes. Las comunidades costeras decimos ‘no a las petroleras’ porque el mar es el centro de nuestra vida y de la vida de una gran cantidad de fauna marina. El ‘Atlanticazo’ fue el estallido social de una sociedad que dice ‘basta’”.

-¿Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo insisten con que los riesgos ambientales son gestionables? ¿Hay alguna experiencia para argumentar esto?

“Esa es una buena pregunta para hacerle a Kulfas y a Cabandié. Nosotres somos vecinos y vecinas de Mar del Plata, de Miramar, de Necochea, que nos estamos sentando, averiguando y haciendo el trabajo que deberían hacer políticos. En la gran mayoría de los accidentes que estamos registrando hasta ahora el resarcimiento ambiental de las empresas tuvo que ver con retirarse, cambiar el nombre de la empresa, es decir resignificarse y aparecer en otro país, pero después no hay manera de corregir un derrame de petróleo. Hoy estamos viendo incendios en distintas partes del país, hay productores y empresarios que queman sistemáticamente los mismos pastizales todos los años y se dice ‘fue un accidente, vamos a ver quién fue’, cuando en realidad se sabe nombre y apellido de los responsables y no se hace nada”.

-Otras de las cuestiones que se plantean desde el Gobierno es que en Río de Janeiro existen plataformas que se ubican a 200 kms de la costa y que no representan un riesgo para la fauna ni para el turismo

“Creo que nunca fueron a una playa empetrolada o no tienen idea de los riesgos sobre los cuales están hablando. En las playas de Río de Janeiro se ve la brea en la costa, se ve la arena ennegrecida. En 2001 en Brasil una de las plataformas directamente se cayó y todo lo que estaba almacenado ahí fue a parar al mar. Es claro que eso va a afectar a la fauna marina. Deberían ponerse un poco en el lugar de quienes viven en el lugar, viven de la economía de ese lugar, del turismo. Cuando en el mundo se habla de la necesidad de un transición energética hacia energías renovables y sobre los riesgos de continuar abriendo plataformas para extraer petróleo y gas a través del fracking, acá se está dando una concesión a empresas que tuvieron accidentes para operar por 30 años, dejando regalías al estado nacional de un 6%”.

Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y su par de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié

-En ese sentido, el argumento que se esgrime desde el gobierno nacional es que mientas se desarrolle la transición hacia energías limpias va a seguir utilizándose el petróleo, por los menos otros 30 años, y que si no hay una recuperación económica no van existir los medios para que Argentina pueda llevar adelante esa transición energética

“Es curioso que se preocupen tanto por el gas y el petróleo cuando más de la mitad de lo que se produce en Vaca Muerta se lo llevan afuera. Ese es un discurso que por un lado pretende desorientar y desorganizar a la gente con una información parcial, sesgada. Y por otro lado es preocupante porque mientras tanto siguen avanzando. Hasta que estalló todo este conflicto no se sabía que funcionaban petroleras offshore en Tierra del Fuego, nosotros no hemos visto ni un solo informe de impacto ambiental de las empresas que están operando allí. Lo que sí hemos visto es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la Barrick Gold en San Juan. Entre 2015 y 2016 tuvo cuatro derrames, tres declarados por la empresa y un cuarto que fue descubierto por la asamblea de San Juan, de líquido de lixiviación, el que se utiliza para separar el mineral del agua dulce, agua además que en muchas poblaciones está faltando. Todo ese líquido fue a parar a ollas enormes en las montañas. Y qué se hace desde el Ministerio de Ambiente con eso que sucedió, nada”.

-Desde el Estado nacional se suele poner como ejemplo a la minería y es conocido que los informes de impacto ambiental los realizan las propias empresas mineras, que los derrames muchas veces son denunciados por los trabajadores debido al impacto que van a tener en sus comunidades, que el resarcimiento económico que después realizan es mucho menor a las ganancias que se llevan. ¿De ahí viene a la preocupación de qué es lo que puede llegar a pasar con esta experiencia en el Mar Argentino?

“Nosotros lo que planteamos es que el agua, el mar, las montañas, valen mucho más que los dólares, porque de la contaminación de esos lugares tan valiosos no se vuelve y la empresas no se hacen cargo, abandonan los lugares como ha pasado, por ejemplo, con la Alumbrera en Catamarca. Son situaciones en las que ya hemos tenido experiencias y no hay salida si uno abandona la movilización callejera y las exigencias”.

-¿Cómo crees que va a avanzar esta lucha que llevan adelante? ¿Ves que va en dirección a lo que pasó en Chubut a fines de diciembre? ¿Existe esa fuerza detrás de todo lo que se vio el 4 de enero pasado?

“Vamos a seguir en las calles, aprovechando este momento para recorrer todas la ciudades costeras y los centros turísticos. En la ciudad de Mar del Plata este año ha estallado el verano y es muy importante aprovechar esta oportunidad para difundir, para seguir sumando acciones y seguir exigiendo que se piense un plan estratégico hacia una transición energética real, con vistas a la necesidades reales de la gente y no a los deseos de las corporaciones. Además de las distintas acciones, como la del martes 18 (por hoy), vamos a realizar manifestaciones todos los 4 de cada mes. Tomamos como ejemplo la lucha emblemática por el agua en Chubut, el ‘Chubutaguazo’, estamos en comunicación con ellos. La Asamblea Mar Libre de Petroleras es muy heterogénea, participan distintos tipos de organizaciones, socioambientales, políticas, fundamentalmente de izquierda y vecinos y vecinas preocupados por esta situación. Con esa heterogeneidad y unidad las acciones van a continuar hasta lograr nuestro cometido que es que no se instalen estas plataformas offshore frente a nuestras costas”.

Periodista - Papá primerizo y asador de departamento.
Walter Amori nació en Villa Ramallo, en 1983, pero ya lleva más años transcurridos en La Plata que en su ciudad natal. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP, lugar donde además fue docente de Opinión Pública. En la capital bonaerense trabajó en prensa institucional y desarrolló tareas periodísticas en medios privados y públicos. Desde 2018 forma parte de Pulso Noticias. Anda en eso de ver de qué se trata la vida después de empalmar paternidad primeriza y dos años de pandemia. Tiene una parrilla en el balcón con poco uso.

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