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lunes 25-11-2024

Antropólogo del EAAF describió cómo se quemaban cuerpos en Arana

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El procedimiento histórico del Equipo Argentino de Antropología Forense se realizó en 2008. El antropólogo Juan Carlos Nóbile detalló el proceso en una nueva audiencia del juicio Garachico en La Plata. Otras profesionales del equipo también contaron la primer entrevista con Jorge Julio López y el proceso de identificación de los restos de Alejandro Sánchez

Por Ramiro Laterza

Se realizó la 9° Audiencia del “juicio Garachico”, que tiene a Julio Cesar Garachico (actualmente en prisión domiciliaria) y a Miguel Osvaldo Etchecolatz (preso en Campo de Mayo) como únicos dos imputados y que surge tras las declaraciones de Jorge Julio López en 2006. En la jornada del miércoles se escucharon 3 testimonios que dieron por culminado la etapa de instrucción testimonial.

En este caso se trató de tres personas Antropólogas que participaron de importantes procesos de investigación como parte del Equipo Argentino de Antropología Forense, en relación a identificación de restos en casos de lesa humanidad.

Primer encuentro con Jorge Julio López en 1995

Anahí Ginarte se recibió de dicha carrera en la UNLP y trabajó en el EAAF de 1990 a 2017. Su exposición virtual estuvo centrada en aquellos comienzos cuando comenzó a trabajar en una causa y un pedido por parte de Marcelo Sánchez, quien se acercó a la justicia por la desaparición de su padre: Alejandro Sánchez. Fue allí que Ginarte tomó el caso y tras cruzar diferentes datos encontró que había una persona que había compartido cautiverio con Sánchez en el Pozo de Arana pero que no había testificado aún: se trataba de Jorge Julio López.

Fue en 1995 que Marcelo Sánchez y la antropóloga tocaron timbre en la casa de Los Hornos donde vivía la familia López y, según describió en su testimonio este miércoles, el albañil los atendió desde la puerta y allí hablaron de sus recuerdos sobre Sánchez, entre otros detenidos allí.

Ginarte describió el asombro de López de reconocer en los gestos de Marcelo Sánchez la figura de su padre, quien también había sido secuestrado en 1976 como parte de los militantes de la Unidad Básica “Ramón Mestre” de Los Hornos, al igual que los ya mencionados en este juicio, Patricia DellOrto, Ambrosio Di Marco, Norberto Rodas, Guillermo Cano, Julio Mayor.

La identificación de los restos de Alejandro Sanchez

La segunda testigo del Juicio Garachico de este miércoles fue Sofía Egaña, antropóloga actual del EAFF desde hace 22 años y recibida en la Universidad de Rosario. Su rol en el organismo es el de “Análisis Antropológico de Laboratorio en casos complejos”.

En un extenso y exhaustivo informe a través de placas de Powerpoint la profesional reconstruyó el proceso de identificación de los restos de Alejandro Sánchez en agosto del 2011 tras exhumaciones en el Cementerio de Olivos junto a otros restos en los años 83´y 84´.

De Sánchez, como ya se había expresado anteriormente, no hubo más novedades desde el 8 de noviembre del 76, semanas después de haber compartido cautiverio en Arana, La Plata, junto a López y el resto de los detenidos allí. Sin embargo, detalló Egaña, a fines del año 1983 hubo una exhumación de cuerpos esqueletizados en el Cementerio mencionado de la zona norte del Conurbano Bonaerense.

“Ese trabajo fue realizado de manera inadecuada por bomberos y sepultureros que además no se hizo un registro sistemático”, comenzó a explicar la antropóloga apoyada en fotos y placas del aquel momento. Dichas bolsas de huesos fueron depositadas en la Asesoría Pericial de La Plata hasta que en 2002 fueron entregadas al EAAF en forma de: 77 cajas y bolsas con restos óseos humanos, de 7 cementerios de la Provincia de Buenos Aires, de los cuales 9 bolsas correspondían a Olivos, donde tiempo después se identificaron a unas 10 personas, entre los cuales estaba Alejandro Sánchez.

“En aquel proceso de exhumación hubo dispersión y desintegración de los restos, partes de las mandíbulas que iban a estudiarse a Odontología y luego no volvían de su análisis, mezcla de huesos por recuperación ineficiente, proceso que luego se profundizó al no haber registros adecuados”, agregó Egaña respecto a esas primeras excavaciones en el año 1983.

Fue a partir del 2002 que el EAAF comenzó con el proceso de “reasociación ósea” para intentar conformar esqueletos y de allí establecer un perfil biológico y un análisis de ADN.

Por un lado, respecto a la reconstrucción se logró establecer y unir los restos óseos de Alejandro Sánchez, sin el cráneo y establecer que se trataba de un masculino, de entre 30 y 40 años y alrededor de 1,68m. de estatura, que murió a través de un proyectil de arma de fuego en el coxal derecho y que tenía ciertas heridas previas.

Respecto a la Genética, años después, en Mayo 2008 se logró hacer una articulación a través del programa de Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas se mandó el material a estudiarse a laboratorios de Estados Unidos, donde se reconoció un año después a otras 6 muestras oseas del mismo cuerpo y la probabilidad de 99.99% de que los restos correspondían a Alejandro Sánchez por su estudio de ADN, quien murió a los 31 años.

Cuerpos prendidos fuego en Arana

El testimonio y alocución de Juan Carlos Nóbile fue también tan certero y profesional como repulsivo. Recibido también en Rosario el antropólogo contó que hace 17 años forma parte del Equipo EAAF y que su rol está centrado en la Arqueología: búsquedas, excavaciones, exhumaciones de restos y su envio a laboratorios con custodia. Trabajó en diferentes países como México o África, y centralmente en Centros Clandestinos de detención en el país como Campo Sampedro, la ESMA, Campo de Mayo y, el caso que aquí se analiza, el Pozo de Arana.

Explicó allí detalladamente y de manera cronológica cómo en febrero del 2008 comenzó el proceso de prospecciones y excavaciones en sectores externos de lo que actualmente es la Comisaría de Arana, el destacamento ubicado en la calle 640 a la altura de la 131. El objetivo era de determinar existencia o no de restos óseos humanos, inhumaciones clandestinas, etc. Fue a pedido del juez federal Arnaldo Corazza, luego de que el fiscal federal Félix Crous denunciara posibles enterramientos en base a testimonios brindados en el Juicio por la Verdad de La Plata.

Primeramente se estudiaron las “características históricas”, con fotos aéreas de la década del 70 y actuales, para ver las modificaciones en el terreno. También hubo que hacer un proceso de retirar cientos de motos y automóviles chocados y secuestrados de ambos patios y luego establecer las características metodológicas para explorar en un 100% el suelo, tanto del patio externo como de lo que ahora se denomina Unidad Sanitaria.

En la primera parte, luego de realizar pozos de estilo “trinchera” con retroexcavadoras, comenzaron con el trabajo manual de excavación y rastreo. Primeramente encontraron vainas y proyectiles de calibre de estilo armamento militar y se encontraron con varios pozos sépticos, a los que también analizaron y encontraron muchas botellas de bebidas alcohólicas y muchos preservativos.

Luego, en un perfil de tierra en el límite oeste de este patio interior hallaron por primera vez restos óseos humanos que habían sido expuestos al fuego. Sin embargo la primer hipótesis antropológica indicaba que no parecía que hubieran sido quemados allí mismo sino que había habido un corrimiento hacia allí, un traslado, que podría haber llegado de una fosa y luego dispersados allí. Había falanges de miembro inferior, cúbitos y radios y centralmente restos quemados de neumáticos: su caucho y sus alambres.

También hallaron más restos quemados en otro poso séptico cerca del tapial que se construyó años después. Al estar dispersos tampoco había elementos para indicar que ese fuera el lugar original de los restos.

Sin embargo, al comenzar a investigar del otro lado del tapial del patio, donde había automóviles secuestrados y fragmentos de una avioneta, hallaron un conjunto mucho mayor y concentrado de restos óseos humanos quemados. Por ende allí los científicos establecieron una cuadrícula de investigación en todo el sector y un registro más detallado de la excavación arqueológica.

Según siguió relatando Nóbile allí en los pozos se podrían distinguir hasta las paladas originales con las que se habían realizado el pozo, y esto notaba también efectivamente la exposición de fuego en el lugar, junto a los restos, los proyectiles y neumáticos.

“Se trataba de una fosa original, cavada, con alta cantidad de caucho en polvo y altísima cantidad de fragmentos de restos óseos humanos, incluso fragmentos de cráneos, y algún cerámico como un pedazo de plato de la Policía Bonaerense, sobre paredes donde se notaba la alteración térmica. El tamaño era de 2 metros de largo, 0,80cm de ancho y 70 cm. de profundidad”, fueron las palabras descriptivas del experimentado antropólogo en el juicio mediante su cámara en el Zoom.

“Las fosas se mantenían como una estructura de combustión de cuerpos, donde todo su interior tenía neumáticos y que con otra fosa al lado se correspondían a una misma fosa”, detallaba Nóbile en el juicio Garachico.

También una tercera fosa de 3 metros x 2m donde “apenas empezamos a excavar se notaban los neumáticos y los fragmentos óseos a temperatura”.

Confirmada la metodología de pozos y quema de cuerpos

Allí finalmente se determinó que en Arana se quemaban cuerpos humanos. Fue la primera vez que se conoció este método de desaparición de cuerpos en el genocidio de la Argentina en 2008, método que se sumó, según indicó el testigo, a los otros métodos conocidos hasta entonces: “El simulacro de enfrentamiento, donde dejaban cuerpos fallecidos en vía publica y los ingresaban como N.N en los cementerios”, o el segundo método, el de los “vuelos de la muerte“, donde algunos cuerpos hallados en las costas argentinas o uruguayas también eran ingresados como N.N. Esta tercer forma de desaparición de cuerpos a través de quemas en los mismos centros clandestinos, como se descubrió en Arana, luego fue encontrado por el EAAF en Puente 12, La Matanza, o conocido “El Banco”, esas mismas características que Arana, recordó Nóbile.

También detalló que en algunos pozos, como cuando también descubrieron ese mecanismo cínico en Tucumán, en el Ex Batallón de Arsenales Azcuénaga, el uso de las “capachas“, el uso de chapas en el fondo del pozo para que el mismo levante más temperatura y haya mayor fragmentación de los restos.

Replicar las fosas como experimentación

El trabajo de Arqueología del EAFF del 2008 no quedó en recuperar los restos y conservarlos en su laboratorio. Decidieron realizar un “ejercicio de experimientación”. Fue en Santa Fé que replicaron las fosas con aspectos similares de los conocidos en La Plata, para determinar el tiempo que llevaba conformarlas y la temperatura que debía alcanzarse para el estado en el que hallaron los restos.

Cavaron 2 fosas similares a las de Arana, con neumáticos, combustible líquido y utilizaron cerdos muertos con vestimentas. Allí se pudo determinar que de sostenerse una temperatura de 600 a 800° la fosa demoraría entre 12 a 18 horas para dejar los restos de esa forma.

Las conclusiones y lo que falta

Según los restos óseos hallados en Arana se encontraron al menos 15 individuos en las fosas, sin embargo solo 1 pudo identificarse con un desaparecido. Como otros detalles Nóbile reconoció que no se pudo determinar ni confirmar que en el pared donde encontraron muchos orificios de armas de fuego, era un lugar para fusilamientos. Además agregó que en consultas a vecinos del lugar, describían que en aquellas épocas percibían el olor a neumático quemado pero “un olor raro, con olor a carne, así nos dijeron”, recordó y agregó que también el testigo Julio López habló de la quema de cuerpos.

“Nos impacto muchísimo este contexto arqueológico, realizar una fosa, disponer de los neumáticos, de los cuerpos, era toda una disposición, es impactante”, dice Nóbile 13 años después de aquel proceso de recuperación.

Preguntado respecto a la posibilidad de que se puedan identificar los 14 individuos de los cuales se recuperaron sus restos pero no aún su identidad, Nóblie reflexionó: “En términos de estado es muy difícil establecer otras identificaciones, protocolarmente el equipo hace todas las muestras, y las conservar para futuros análisis, es importante lo que se avanzó en cuanto a identificaciones genéticas, hace 30 años no teníamos eso y fue creciendo, se lograron avances”, expresó.

“En ciencia se sostiene que lo que hoy no se puede hacer, quizás mañana se pueda hacer, confiamos en que los procesos científicos que fueron especializándose en análisis genéticos y posibilidad de extraer material genético para identificaciones va mejorando, quizás a futuro se pueda“, concluyó el antropólogo en su testimonio del juicio.

Continuidad del juicio Garachico

Antes de finalizar la audiencia el Presidente del TOF 1, Andrés Basso indicó que las querellas desistieron de los testigos que quedaban con lo cual se culminó con la instrucción probatoria testimonial. La próxima audiencia será el 20 de diciembre a las 10Am. El video completo de la transmisión lo podés ver acá.

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Es melómano y amiguero. También es periodista, docente, trabajador cultural y militante. Nació y se crió en Necochea y ahora hace más de 15 años que corta por diagonales.

Su vicio lo lleva a la sección Cultura de Pulso, pero también se puede mover por Política, Interés General y Derechos Humanos. Hace trabajos radiales para la cooperativa y da una mano para la cuestión de recursos, suscripciones, cocinar para todxs o lo que pinte. Su moto y su ansiedad lo llevan a ser de lxs más puntuales del emprendimiento.

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