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Transición energética: “El sistema científico tiene que levantar la voz”

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Transición energética: “El sistema científico tiene que levantar la voz”
El hidrógeno verde se obtiene a través de un proceso de electrólisis en el que intervienen energías renovables

¿Qué rol deben cumplir los científicos e investigadores argentinos en los grandes anuncios vinculados a la producción de Hidrógeno Verde y la promoción de Movilidad Sustentable? ¿Cómo se integra a la industria nacional? ¿Cómo llevar adelante el proceso de transferencia tecnológica? Sobre eso dialogamos con el Doctor en Energía e investigador del CONICET, Gabriel Correa Perelmuter

Por Walter Amori

Hace apenas una semana atrás una noticia eclipsaba la agenda de los medios de comunicación, se trató del anuncio realizado por el gobierno nacional desde la cumbre climática de la ONU, en Glasgow, respecto de la inversión prevista de 8400 millones de dólares por parte de la empresa australiana Fortescue para desarrollar hidrógeno verde en la provincia de Río Negro.

La magnitud del anuncio, que fue presentado como “la inversión más importante del siglo” por parte del Ministro de la Producción Matías Kulfas, incluso pareció dejar muy atrás en el tiempo a la presentación de la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable, realizada por el presidente Alberto Fernández y el mismo Kulfas, el pasado 12 de octubre.

Ambas propuestas van en sintonía con la idea de una transición energética, en línea con la descarbonización de la economía y fueron presentados como grandes aportes en la lucha contra el cambio climático.

A la espera los detalles de ambos proyectos, dialogamos con el Doctor en Energía, Gabriel Correa Perelmuter sobre ambas iniciativas y, fundamentalmente, respecto de la necesidad de que se integra a la industria nacional y a los científicos argentinos en la cadena de valor y el desarrollo de los paquetes tecnológicos.

Correa Perelmuter se doctoró en Energía en el Politécnico di Torino, la universidad pública de carácter científico-tecnológica de la ciudad de Turín, Italia. Hoy es docente en la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), Coordinador de Laboratorio de Sistemas de Hidrógeno y Litio (UNCA-CONICET) y Director alterno del Doctorado en Energías Renovables de la UNCA y la Universidad de Córdoba.

Con viento a favor

Cuando se habla de hidrógeno verde se hace referencia a un vector o transportador de energía, generado por medio de fuentes renovables. En el proyecto que plantea instalarse en la Patagonia se producirá mediante el agua a través de un proceso de electrólisis, en el cual la energía eólica es la que interviene para separar los componentes del agua (oxígeno e hidrógeno). Una vez realizado ese proceso el hidrógeno se almacena y se puede transportar.

Según difundió el diario Río Negro, la firma australiana comenzará con la producción de hidrógeno a fines del 2024 y para ello construirá un parque eólico, un puerto en Sierra Grande para su exportación y tres plantas para el proceso: una planta desalinizadora (libera de sal al agua marina), otra para el proceso de electrólisis (que permite la obtención del hidrógeno) y la tercera de producción de amoníaco (que posibilita el transporte seguro del hidrógeno). Se transformará en amoníaco para su transporte por mar.

“Me parece que hay que esperar un poco más para leer el proyecto en detalles. Va a haber primero un parque eólico muy importante, en principio se habla de duplicar la capacidad instalada que tiene hoy la Argentina de energías renovables”, señala Gabriel en el comienzo de la charla con Pulso Noticias.

Y explica: “Una vez que está generado, el hidrógeno es un gas muy liviano y muy poco denso, por lo cual para la exportación es imposible hacerlo con gas comprimido. Ahí hay varias alternativas para exportarlo. Una de las alternativas es hacer un proceso de producción de hidrógeno líquido, que es un proceso muy caro desde el punto de vista económico y desde el punto de vista energético. La otra posibilidad es la producción de lo que se denominan  los portadores de hidrógeno, que son moléculas en donde está contenido el hidrógeno y después se puede producir otro proceso para sacarlo. Entonces el transporte se hace en forma más económica y ahí es donde interviene el tema del amoníaco”.

“El amoníaco es un portador de hidrógeno, una de las alternativas tecnológicas que se está viendo en este momento es, una vez que el hidrógeno verde está generado, producir un portador que puede ser amoníaco, que puede ser tolueno, hay varios componentes químicos. Una vez que se tiene el portador, se hace la exportación del producto con este portador que contiene la molécula de hidrógeno. Cuando eso llega a destino se produce el proceso inverso y se separa el hidrógeno de nuevo. Eso hace que el proceso completo sea más económico que hacer el hidrógeno líquido”, indica el investigador del CONICET.

-La Patagonia argentina y Chile aparecen hoy como lo enclaves de mayor rentabilidad para la producción de hidrógeno verde

“Sí, de hecho ya hay atlas mundiales donde se ven territorio por territorio y claramente la Patagonia argentina y Chile aparecen como los puntos más económicos de producción de hidrógeno verde. Argentina y Chile tienen el recurso renovable adecuado para poder producir el hidrógeno verde al menor costo posible. Hay tres componentes principales para reducir el costo del hidrógeno verde, uno es el dispositivo, el electrolizador, que hay que ir madurando económicamente para que el electrolizador siga bajando sus costos. El segundo es la velocidad del viento, la cantidad de viento que yo puedo tener y eso me da el costo de energía renovable, que es muy económica en nuestro país. Y el tercero es la cantidad de tiempo que esa energía está disponible, y ahí es donde están las mejores ventajas comparativas de Argentina, porque tenemos un viento de excelente calidad. Se llaman factores de capacidad, que básicamente es la división de las horas totales en un año, cuánto tiempo el aerogenerador está funcionando. En Argentina estamos entre un 50% y un 60% del tiempo cuando Europa está en un 30%”.

Autoridades del gobierno nacional y de la empresa Fortescue en el contexto de la cumbre climática de la ONU

-Para este tipo de producciones se utilizan muchos litros de agua. ¿Ese es el riego principal en términos de impacto socioambiental?

“El uso del recurso puede ser un problema y por eso hay que esperar a leer el proyecto. Lo que se ha podido saber hasta el momento a través de declaraciones de Agustín Pichot (ex Puma y representante de la empresa australiana para la región) es que se va a extraer el agua de mar y se va a hacer un proceso de desalinización. El proceso de desalinización es un proceso costosísimo, energética y económicamente. Con lo cual esto que hablábamos de las ventajas del costo del hidrógeno en Argentina empieza a ser diferente, empieza a cambiar la ecuación. Creo que hay que esperar, va ser un dato importante saber de dónde van a sacar el agua. Si el agua está sacada de una fuente de agua dulce hay que ver cuál va a ser el emplazamiento de eso, porque es un recurso importante claramente, sobre todo si Argentina se piensa como exportador. Una cosa es instalar una planta, pensando en la Patagonia, en la cuenca del Río Limay, donde inicia el río y otra cosa es ponerlo en la desembocadura del Río Negro, que está cerca del mar y esa agua dulce ya la perdés, no hay prácticamente poblaciones que tomen el agua ni tampoco sistemas productivos que utilicen esa agua. Creo que hay que ser muy inteligentes en buscar los emplazamientos adecuados para poder hacerlo. Si el proceso se hace con agua de mar no va a haber impactos sustanciales”.

“Argentina tiene potencial”

-¿Hoy Argentina posee capacidad científica y técnica para integrarse a la cadena de producción y los desarrollos tecnológicos en este proceso?

“Yo creo que sí. Argentina tiene desde mediados de los años 90 los primeros estudios sobre las cuestiones del hidrógeno. Argentina fue pionera en la región, se han hecho muchos ensayos, análisis, estudios. Desde mi punto de vista este proceso se tiene que acompañar con un proceso de diseño de un paquete tecnológico y acomodar nuestro sistema científico-tecnológico, acomodar a las universidades, para generar recursos humanos. Es decir, fortalecer el sistema de ciencia y tecnología para que acompañe un proceso productivo de dos industrias que para mí van a ser fundamentales, la petroquímica y la metalmecánica, que son industrias, que pueden participar de esta nueva industria del hidrógeno y en donde Argentina tiene muchísimo potencial. Nosotros estamos trabajando con algunas industrias ya, pensando en la fabricación de electrolizadores nacionales. Hay que hacer un camino de escala en la tecnología para poder dominar el paquete tecnológico, pero creo que tenemos todas las condiciones para poder hacerlo. Obviamente que también va a ser responsabilidad del gobierno en cuánto se decida desarrollar el paquete tecnológico acá”.

-En cuanto al parque eólico que se plantea emplazar, será muy importante que pueda intervenir la industria nacional en la producción de los aerogeneradores.

“Absolutamente. Va ser fundamental que exista una cadena de proveedores de la industria nacional. En este aspecto puntualmente, Argentina acaba de hacer la estatización de una parte de IMPSA, que es una empresa que se dedicaba a producir generadores eólicos. Lo que estimo es que hay que pensar es un sistema de proveedores nacionales en donde se puedan desarrollar las capacidades nuestras, donde no se compre el paquete tecnológico completo, es decir donde no venga esta empresa australiana, lo ponga y que prácticamente no desarrollemos nada acá. Creo que sería el peor negocio que puede hacer Argentina”.

Gabriel Correa Perelmuter, Doctor en Energía, Coordinador de Laboratorio de Sistemas de Hidrógeno y Litio (UNCA-CONICET)

-¿Los científicos argentinos fueron consultados para hacer trabajos de monitoreo, impacto ambiental o para diseñar las políticas públicas a desarrollar, previo a este proyecto?

“No, hasta donde yo tengo entendido. Río Negro empezó a hacer una Mesa de Hidrógeno el año pasado y convocó a varios investigadores e investigadoras de la provincia. El estudio de prospectiva lo contrataron a una empresa de Alemania, que hizo un trabajo muy pormenorizado de la cuestión. Nosotros hemos estado viendo varias cosas con el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la nación pero no concretamente sobre este proyecto. De hecho, creo que el sistema científico se desayunó de esto cuando leímos la noticia. Creo que hay que esperar a conocer más detalles del proyecto y claramente el sistema científico tiene que levantar la voz y plantear estas cuestiones que estamos charlando, sobre la dominación del paquete tecnológico y la dominación de los servicios de consultorías que lo pueden hacer nuestros investigadores e investigadoras y nuestros docentes en las universidades. Si no va a terminar en un esquema muy similar a lo que está pasando con el litio, donde estamos viendo desesperados como se están llevando el litio, en el mejor de los casos como carbonato, en algunos casos como salmuera y después cómo terminamos comprando las baterías sin desarrollar absolutamente nada de la cadena de valor”.

No termina de arrancar

El 12 de octubre último el gobierno nacional anunció desde la planta de Toyota Argentina el Proyecto de Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable, el cual declara de interés nacional y estratégico a la innovación y desarrollo, la producción, y la utilización de medios de transporte propulsados a partir de fuentes de potencia no convencionales producidos en el país, así como la de sus partes, equipos y servicios auxiliares.

Asimismo, según se informó oficialmente, el proyecto estipula la creación de una Agencia Nacional de Movilidad Sustentable, que tendrá como misión principal la investigación y la promoción del desarrollo científico y tecnológico y el fomento para el uso de movilidad sustentable a partir de medidas de apoyo a la reconversión del transporte público de pasajeros, así como la promoción para usuarios particulares y a las flotas del Sector Público Nacional.

-Con este proyecto el gobierno nacional se propone que en 2040 no se fabriquen más vehículos que se movilicen con combustibles fósiles. ¿Crees que se puede cumplir con esta meta?

“La Ley de Movilidad Sustentable no habla del litio en el país, o sea que es una ley parecida a las que se hacen en Europa o en los países centrales. La ley tiene algunas cuestiones específicas sobre todo relacionadas con las cuestiones impositivas. Desde mi punto de vista tiene un esquema más impositivo que un esquema productivo. La verdad es que nosotros estábamos esperando otro tipo de ley, donde sobre todo el sistema científico-tecnológico pudiese entrar a discutir de qué forma la movilidad sustentable en Argentina es pensada desde acá y de qué forma se generan los proveedores nacionales, de qué forma se cambia o se transiciona la industria metalmecánica, la que trabaja hoy con los motores a combustión interna, de qué forma empieza a transformarse en una industria relacionada con los vehículos eléctricos. Es una ley interesante, pero creo que nada de eso está. Una cosa es la letra de la ley y otra cosa es  lo que está sucediendo. Y lo que efectivamente está sucediendo es que prácticamente no hay política hacia este sector en la cual se fomente la capacidad productiva para la generación de la cadena de valor del litio y de la electromovilidad, la generación de celdas, la generación de paquetes, de módulos, de motores eléctricos, de electrónica de potencia. Dudo mucho que Argentina pueda alcanzar los objetivos que se está proponiendo con esta ley, pero bueno, habrá que esperarla también. Hoy, como está dada la situación productiva en nuestro país, a lo sumo vamos a ensamblar desde la batería en adelante”.

-Tampoco hay una decisión de declarar al litio como ‘recurso estratégico’, como ocurre en Chile y en Bolivia

“No, no está la idea de declarar al litio como recurso estratégico ni de mantenerlo en un esquema separado del esquema actual de leyes de la minería. En la actualidad para nuestro sistema legal es un mineral común y corriente, se lo trata como cualquier otro mineral y claramente tiene un valor estratégico fundamental para esta transición energética. Nosotros venimos desde hace mucho tiempo reclamando que tenga otro tratamiento el litio, no sólo como recurso estratégico sino que también tenga relación con las comunidades, que sea parte de un proyecto productivo nacional y que no sea lo que es hoy, un sistema de exportación completa con algunas migajas que se caen en las provincias”.

-Desde tu punto de vista el hidrógeno verde va a imponerse por sobre el litio en el marco de la transición energética. ¿A qué se debe?

“Sí. La Agencia Internacional de Energía hizo en mayo un estudio muy importante que se llamó ‘Minerales estratégicos para la transición energética’. Básicamente hicieron un modelo en el cual plantean qué se necesita para que nuestro planeta pueda garantizar estar por debajo de 1.5 grados hacia el 2040. Se necesitan estos minerales, para las baterías, tierras raras; para los aerogeneradores, cobalto; níquel para la electrolizadores, etc. Hicieron todos los estudios de los minerales y como resultado se obtiene que necesitamos aumentar en 42 veces la producción de litio. Esto va a ser insustentable. Ya hay muchos modelos en los cuáles se plantea que para 2040 va a haber déficit de litio. Por lo tanto, en cuanto a la importancia del recurso estratégico, Argentina necesita ejercer una gobernanza absolutamente distinta porque no lo puede tratar como un mineral ordinario. Y segundo, relacionado con el hidrógeno, el sistema de reciclaje de baterías de litio es cada vez más complejo, porque las baterías son cada vez más complejas. En cambio con el hidrógeno, como la materia prima es el agua y obviamente es un recurso natural muchísimo más difundido que el litio, tiene muchas más posibilidades. Además, el producto final de toda la cadena del hidrógeno es de nuevo agua. Por eso desde mi punto de vista, en la transición energética se va a terminar imponiendo el hidrógeno verde”.

Periodista - Papá primerizo y asador de departamento.
Walter Amori nació en Villa Ramallo, en 1983, pero ya lleva más años transcurridos en La Plata que en su ciudad natal. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP, lugar donde además fue docente de Opinión Pública. En la capital bonaerense trabajó en prensa institucional y desarrolló tareas periodísticas en medios privados y públicos. Desde 2018 forma parte de Pulso Noticias. Anda en eso de ver de qué se trata la vida después de empalmar paternidad primeriza y dos años de pandemia. Tiene una parrilla en el balcón con poco uso.