Eco House La Plata encabezó este domingo una jornada de recolección de residuos reciclables en Plaza Moreno. Conocé el trabajo de esta ONG ambientalista en la ciudad y por qué resulta imprescindible hacer un correcto tratamiento de la basura que generamos
Por Florencia Mártire
“Que casi veinte personas hayan venido un domingo a las cuatro de la tarde a levantar reciclables del suelo, ya marca un montón”, dice Guillermina, una de las coordinadoras de Eco House La Plata. Días atrás, desde la organización ambiental habían convocado por redes sociales a una jornada de recolección de reciclables para pasar de la virtualidad a la acción. Y ayer, sin que el viento fuera una excusa, voluntarias y voluntarios se encontraron en Plaza Moreno, se dividieron en dos grupos y, con barbijos, guantes y bolsas verdes, salieron a recorrer las calles céntricas y juntar residuos secos.
Guillermina, de 26 años, y Sofía, de 28, son quienes trajeron Eco House a La Plata, a principios de este año. Se trata de una organización civil sin fines de lucro que promueve el desarrollo sostenible, originada en Buenos Aires cinco años atrás. Se conocieron haciendo un curso de cuidado de animales silvestres y querían hacer juntas algo que tuviera impacto. “Entendimos que para ayudar a los animales hay que ayudar al entorno, al ecosistema, hacer educación socioambiental y demás, y se nos presentó la oportunidad de fundar la ONG en la ciudad y transmitir todos los valores que nosotras ya teníamos y que los promueve Eco House también”, explica Guillermina. Así, uno de los primeros proyectos que encararon fue el de la investigación de reciclables, que apunta a mejorar el sistema de reciclado en La Plata.
Pensar global, actuar local
“Más allá de que hay problemáticas globales, como islas de plástico en diferentes lugares del océano, desde nuestro lugar nos preguntamos qué es lo que podemos hacer mirando simplemente nuestro entorno, en este caso, la ciudad donde vivimos. Por eso nos focalizamos en hacer que la ciudad sea un lugar más sostenible”, dice Sofía.
Durante el trayecto del domingo encontraron de todo: cubiertos plásticos, vasos de café al paso, botellas escondidas en los recovecos de los árboles, debajo de alguna baldosa floja o entre las rejas de las ventanas de oficinas cerradas, cajas de cigarrillos, envoltorios de comestibles, papeles acumulados en los bordes de las calles, entre las hojas, etc. Se secundaban para limpiar algún rincón y se esperaban en las esquinas. La gente que pasaba o esperaba el micro miraba; a veces alguien pedía que le contaran qué estaban haciendo y celebraba la iniciativa o decía que le gustaría sumarse. Como una chica que dijo que hacía rato que buscaba un colectivo así, desde donde poder darle forma a sus inquietudes ambientales.
“Se contagia”, cree Sofía. “Salir, trabajar y mostrarle a la gente es muy importante. El boca en boca. Se llega mucho cuando te ven haciendo cosas, más allá de las redes sociales, porque todos se suman a las causas cuando hay que poner un me gusta o algo así. Pero hoy lo que necesitamos, y más con la crisis climática por la que estamos atravesando, es que todos nos comprometamos y que no nos gane la pereza”.
En Plaza Italia volvieron a reunirse los dos grupos con quince bolsas llenas, que después fueron llevadas al punto verde de Plaza Alsina. “Fue una buena jornada”, consideran las coordinadoras de Eco House, porque se levantaron bastantes residuos secos, pero -principalmente- porque aprecian el hecho de haber visibilizado la problemática de la basura mediante una acción concreta. En cada intercambio reflexionaron sobre qué es lo que hacemos con nuestros residuos y alentaron un consumo más consciente.
¿Qué pasa con las bolsas verdes?
Las alternativas con las que cuenta el sistema de reciclado en La Plata son: llevar los materiales reciclables a alguno de los puntos verdes puestos por la Municipalidad (Parque Castelli, 24 y 67; Parque Alberti, 24 y 39; Plaza Alsina, 1 y 38; Sicardi, 22 y 652; Villa Castells, 13 y 493; Gorina, 140 bis y 489) o a las delegaciones comunales, que también reciben residuos de aparatos eléctricos y electrónicos; o sacarlos a la puerta de tu casa para que se los lleve el camión que hace la recolección diferenciada, en días y horarios determinados, según el barrio (esta información se puede chequear en el Facebook La Plata Ciudad Verde).
Actualmente, en La Plata, sólo el 7% de la ciudadanía separa sus residuos, según informaron a Eco House local autoridades de la Subsecretaría de Gestión Ambiental de la Municipalidad. Se trata de un porcentaje mínimo que se explica en parte por desconocimiento, pero también por una desconfianza acerca del destino de los residuos secos. Son muchas las personas que se preguntan qué pasa una vez que se saca la bolsa verde a la calle o se la deja en un punto verde, temiendo que termine en un relleno sanitario como se comprobó en algunos lugares del país.
“Cuando los camiones de Esur, la empresa que trabaja para el municipio, se lleva los reciclables, estos van a alguna de las cooperativas que le prestan servicio al municipio. Allí se clasifican, luego se venden, y van a las distintas plantas de tratamiento”, explica Federico Vicuña, Director de Educación Ambiental de la Municipalidad, quien participó como voluntario de la actividad organizada por Eco House La Plata, junto a otras y otros integrantes del equipo de gestión local.
Respecto a este circuito, dice Guillermina: “La Municipalidad no tiene una planta de reciclado sino que tiene un convenio con cooperativas. Hay alrededor de seis cooperativas certificadas en La Plata, que reciben los camiones, las bolsas verdes de esta empresa Esur que las recolecta, y hacen la separación”. Además, cuenta que con Eco House ya visitaron dos de estas cooperativas, mantuvieron encuentros con organizaciones de la sociedad civil y se reunieron con autoridades municipales para comprender en profundidad esta y otras problemáticas. Asimismo, aclara que la organización es “apartidaria” y trabaja “con quien quiera activar”.
¿Desafíos? “Hay lugares a los que el camión de reciclables no llega o el punto verde nos queda lejos”, dicen las chicas. Hay veces que los vecinos y vecinas sacan los residuos secos en días u horarios errados y la bolsa verde se la lleva el camión de los húmedos. En ocasiones, las cooperativas no pueden vender todo lo que separan, porque no les es redituable: es más lo que gastan en trasladar el material en relación al pago que reciben de las empresas interesadas, y los reciclables ya separados corren riesgo de terminar en el Ceamse. “Hace falta una política integral”, dice Guillermina, “ en la que trabajen las cooperativas, junto con Esur y el Municipio, y se haga una agenda de trabajo o una mesa ambiental con todas las partes para que funcione realmente, porque ahora funciona pero de forma aislada, y cada uno hace su trabajo como puede”.
Una vez más, la reflexión final es que reciclar sea la última opción. “Lo ideal sería comprar solo lo que necesitás o buscar la alternativa más sostenible. Si todos hiciéramos compost y separación de residuos en casa, podríamos reducir a un 20 % nuestra basura y evitar que llegue tanta cantidad de residuos al relleno”, dice Guillermina. Y Sofía agrega: “Es muy importante tratar de reducir. El mejor residuo es el que no se produce. Si estamos acá, hablando, convocando a la gente, tratando de unificar, de hablar con diferentes actores, de concientizar, es porque algo está pasando algo y lo queremos expresar”.
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