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jueves 18-04-2024

Murió Christian Moreno Garzón, otra víctima de la violencia institucional

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El año pasado vino a La Plata desde Colombia para estudiar un posgrado en la UBA. En diciembre sufrió un cuadro psicótico que, lejos de ser tratado debidamente, derivó en su detención y posterior golpiza en la Unidad Penal Psiquiátrica N° 34 de Melchor Romero. Tras dos meses de agonía, ayer falleció en el Hospital Alejandro Korn. Crónica de un abuso de principio a fin

Christian Mauricio Moreno Garzón (colombiano, 27 años) estaba internado en el Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero desde diciembre pasado, cuando ingresó en grave estado a raíz de una brutal golpiza recibida en la Unidad Penal Psiquiátrica N° 34, donde permanecía alojado. Durante las semanas siguientes su cuadro empeoró hasta volverse irreversible y este martes se confirmó la peor noticia: el joven murió producto de las múltiples heridas.

El caso Moreno Garzón representa un nuevo episodio de violencia institucional, la cual comenzó a ejercerse al momento de su detención, continuó con el destrato judicial y se profundizó con el ataque físico al que fue sometido.

Christian se desempeñaba como médico-veterinario y el año pasado llegó a la Argentina para realizar un posgrado en Clínica de cirugía equina en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Buenos Aires. El 13 de diciembre sufrió un cuadro psicótico en la pensión de Barrio Hipódromo en la que vivía, motivo por el cual un vecino llamó a la policía para que se hiciera presente.

“Era la primera vez que Christian tenía un padecimiento mental de ese tipo. La policía, por el contrario, no lo contempló y adoptó una mirada delictiva”, cuenta a Pulso Noticias Yenifer Galindo, integrante de Colombia Humana La Plata, espacio político que viene siguiendo el caso desde un principio.

Detención, diagnóstico médico y golpiza

Los agentes tomaron el episodio como en flagrancia –es decir, cuando los delincuentes son sorprendidos en el momento exacto en el que cometen un delito- e inmediatamente trasladaron a Moreno Garzón a la comisaría 2ª de La Plata. Era el inicio de su calvario.

Pese al evidente estado de descompensación que sufría, Christian fue llevado al día siguiente ante la Fiscal María Cecilia Corfield, titular de la UFIyJ Nº 15 de La Plata, quien le tomó declaración indagatoria sin la presencia de un abogado defensor y consignó en el acta que se negaba a declarar. También dejó constancia de que había sido previamente asesorado por el defensor oficial.

Finalmente, 48 horas después de su detención, el joven fue derivado a la guardia de salud mental del Hospital Alejandro Korn, donde lo evaluó un equipo interdisciplinario. Los profesionales concluyeron que el joven se encontraba cursando un “episodio psicótico” y que presentaba “discurso y conducta desorganizada”. En consecuencia, se indicó tratamiento farmacológico, control conductual estricto y aislamiento del resto de los detenidos.

Sin embargo, sin que se contemplaran las prescripciones médicas, Moreno Garzón fue realojado en la comisaría 2ª hasta el 18 de diciembre, día en el que se desarrolló una audiencia encabezada por el juez de Garantías de La Plata, Guillermo Atencio. Ante el cuadro de descompensación del imputado, el Juzgado N°1 dispuso la desafectación del proceso de flagrancia y la internación provisional en la Unidad Penitenciaria Psiquiátrica N° 34.

Una vez allí, Christian fue brutalmente agredido en el Área de Sanidad. Los golpes le ocasionaron un traumatismo encéfalo craneano (TEC), con heridas contuso cortantes en rostro y deterioro del sensorio; trastornos del nivel de conciencia, edema bipalpebral y otros daños por los que debió ser derivado al Hospital de Melchor Romero, donde permaneció en terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica hasta el día de su fallecimiento. Aun cuando su cuadro era irreversible, la justicia dispuso que estuviera esposado y custodiado.

El Servicio Penitenciario consignó en el parte oficial que la agresión fue responsabilidad de otro detenido, versión que no convence a la familia del joven colombiano ni a los integrantes de la Comisión Provincial por la Memoria, que hizo su intervención en el caso el mes pasado.

—¿Qué creen ustedes que sucedió realmente?

—Aún no tenemos certeza. Lo que sí sabemos es que esta persona a la que le imputan el ataque también estaba desatendida en su salud mental. Encima, la causa que le abrieron es por agresiones leves. Por acción u omisión, lo que ocurrió es responsabilidad de los profesionales de la salud de la Unidad 34 y agentes penitenciarios. No lo cuidaron cuando lo tenían que cuidar. Este caso viene a ejemplificar los miles de abusos y episodios injustos que a diario suceden allí. Y, por supuesto, también es culpa de todos los funcionarios públicos que intervinieron desde un primer momento: los policías que lo detuvieron; los que estuvieron con él en la comisaría; el juez Atencio, responsable de que Christian no recibiera la atención que necesitaba.

El jueves pasado, después de haberse comprobado que no había cometido ningún delito, Moreno Garzón fue sobreseído de la causa por la que había sido aprehendido. Ahora su nombre quedó limpio, aunque nunca debió haber sido manchado. La violencia institucional, otra vez, lo hizo posible. Y no paró hasta arrancarle la vida.

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