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jueves 28-03-2024

La maqueta del viejo estadio de 1 y 57 contada por su autor

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Una obra que habla por lo que ya no está. Un trabajo artesanal que refleja la cotidianeidad de aquellos años pinchas. Zacarías Gianni la hizo en 3 meses, trabajando entre 16 y 18 horas diarias

Por Gabriel Colo López

Con una medida exacta de 1.80 por 1.20 metros y una altura de 40 centímetros y el apronte de un hincha del tablón, el artista platense Zacarías Gianni, escenógrafo y maquetista, realizó uno de los trabajos más estupendos sobre el Estadio “Jorge Luis Hirschi” que ya está en la sede social de Estudiantes de La Plata para su contemplación. En el ingreso a la casa de avenida 53, el Museo lo cuenta como una pieza de lujo. Para los más nostálgicos, tan solo verlo provocó una emoción que llegó a las lágrimas.

Con Pulso conversó el propio artista, que en una frase resumió todo un récord: “Tiene en total 78.254 piezas, mientras que la que llegué a hacer del Teatro Argentino llega a 20.000 piezas. La diferencia es que esta la hice en 3 meses, dedicándole entre 16 y 18 horas diarias”.

La maqueta la construyó en su departamento, a dos cuadras del estadio Jorge Luis Hirschi. Una vez finalizada, tuvo que tener la “cintura” de Alejandro Sabella o la destreza de los Verón para poder sacarla por el ascensor sin que se dañe. Este hincha contó que en su infancia y juventud iba seguido al sector de 115 y 57, continuando la tradición de sus bisabuelos de corazón albirrojo. “Fue magnífico lo que me pasó entre mis dos pasiones, mi padre me dejó ser, así como en el arte con el fútbol: que elija yo”.

-¿Cómo te contactaron, Zacarías?

-Vieron la maqueta de la Casona del Parque Saavedra; también vieron la del antigüo Teatro Argentino y nos reunimos. El sueño era reproducir a gran escala y calidad aquel viejo estadio. Mucha información tenían en el Museo, como fotos de los bajos tribunas que me permitieron trabajar en los detalles. Y las fotos fueron importantísimas porque no se contaban con planos.

-Poco tiempo, mucha demanda. ¿Por dónde arrancaste?

-El primer paso fue dibujar en escala la vereda perimetral. El sentimiento del hincha no tiene explicación lógica y aquí se quería llegar al estremecimiento como si uno volviera a ver el viejo estadio. Hay gente que se acuerda exactamente hasta el último rincón.

-Y aparecen algunos personajes

-Sí, lógicamente que uno investigó, escuchó a los integrantes del Museo, y así fueron surgiendo nombres, como el vendedor de empanadas dulces, el “Globulito”, o el rincón donde estaban las flores sobre el córner de 55 y 115. También aparece Carlos Bilardo con guardapolvo blanco y su maletín en el Paseo de los Profesores. La abuela Marta Attienza tomando aire fresco debajo de un árbol. Y un abuelo que lleva a upa a un nieto, mirando desde avenida 1 hacia el campo de juego… Eso parece pavada pero eso es una transmisión generacional.

-En el acto de presentación, seguro que te dijeron algunas cosas que te llevarás para siempre

-Sabía que a esta maqueta del estadio cada persona juzgará, verá y recordará a su manera. Una señora me señaló el detalle de los paravalanchas, que están marcados exactamente y se quedó sorprendida al ver un lugar preciso donde ella se ubicaba los días de partido.

-¿Cómo definirías a tu nueva criatura?

-Esta no es una obra común y corriente de arquitectura. No tendría sentido si no lograba que cobre vida, estaría vacía de contenido, pero además, mezcló algunas épocas ya que la cancha sufrió muchísimas modificaciones y tendría que haber hecha diez o veinte distintas. La idea fue que trascienda una generación.

En la presentación (sorteos, videos, pizzas y bebidas en una noche de verano donde los afectos llevaron en andas a Gianni como al autor de un golazo), la palabra de un hombre del Museo Oficial se entrecortó. No por falla de micrófono, que no había. Guido Martinaschi, su nombre, no pudo seguir hablando. Con la presencia de su padre muy cerca –en la vida, en el fútbol y en este espacio de recuerdos abierto al público todos los días hábiles-, el silencio habló por eso que ya no está y sin embargo siempre se siente en el alma del fanático.

“No hay algo igual en el mundo, porque maquetas hay muchas, pero una representación simbólica, sin una época específica ni una acción determinada, no he visto por fotos en esta era donde está todo expuesto –despachó Zacarías y siguió hasta llegar a las grandes ligas-. Las maquetas de arquitectura muestran los volúmenes, pero acá se muestra otra cosa… He visto la del Camp Nou, pero no representa la cotidianeidad”, remató orgulloso como pincharrata. Y como artista, por supuesto

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