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lunes 06-05-2024

Un debate en el que cada cual atendió su juego

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Con la esperada ausencia de Saintout, Garro tuvo la foto que buscaba, y su principal competidora evitó quedar en lugares incómodos. Los únicos contrapuntos vinieron por el lado de Luana Simioni, que salió a cruzar al ultraderechista Marcelo Peña. Gabriel Crespi, quedó al margen

Por David Barresi

Ayer por la noche en el Colegio de Abogados se realizó el debate de candidatos y candidatas a la Intendencia platense, aunque en realidad de “debate” tuvo poco. Cada uno atendió su juego, y salvo por las interpelaciones de la candidata del Frente de Izquierda tanto al oficialismo como al candidato del Frente Nos, no hubo mayores contrapuntos.

El contenido del evento estaba dividido en tres bloques: desarrollo económico; desarrollo social, salud y políticas de género; y transparencia y políticas de género. Los y las postulantes tenían un lapso de tres minutos para hablar y luego uno para ampliar al final de la ronda. A la mayoría le costó cerrar las ideas en tan corto tiempo y tenían que ser frenados constantemente por el moderador, el presidente del Colegio, Hernán Colli. El mejor “coucheado” en este sentido, fue el actual intendente, que en ningún momento se pasó del tiempo.

De izquierda a derecha: Hernán Colli, Gabriel Crespi, Julio Garro, Luana Simioni y Marcelo Peña

Cuatro varones y una sola mujer

Florencia Saintout, como era de esperarse, pegó el faltazo. La actitud de la candidata del Frente de Todos no fue una sorpresa para la prensa. Hace prácticamente un mes que no da entrevistas. Parte de su estrategia de campaña pasa por evitar los medios y las preguntas incómodas.

La diputada provincial busca no perder un sólo voto. Necesita retener el porcentaje alcanzado en las PASO entre las cinco listas que fueron a internas, que no se trasladarán automáticamente a su figura. Para eso, mejor no hablar de ciertas cosas. No es sencillo tener que explicar la composición de la coalición que encabeza, sobre todo porque en sus filas están los responsables políticos de la inundación de 2013, y Julio Garro tomó hábilmente ese eje como principal. También el hecho de que dentro del armado recaló el Frente Renovador, que prácticamente ha avalado tanto en la Legislatura como en el Congreso las peores leyes del gobierno macrista.

Garro, por su parte, no tiene ese problema. Salió al debate a cara de piedra. Cualquier desprevenido podría pensar que era un candidato de un frente vecinalista. No tiene empacho en tratar de ocultar el sol con el dedo: jamás en su discurso nombró a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal, siendo el único de los postulantes presentes que no se hizo cargo del resto de la boleta. Los niveles de pobreza y desocupación de la ciudad, aparecían apenas elípticamente en su oratoria casi como una catástrofe natural y no las consecuencias de las acciones de gobierno de la coalición de la que forma parte, Juntos por el Cambio.

Nada nuevo. La estrategia del actual Intendente es municipalizar la elección y así lo expresó en el debate. En ese marco, tuvo la foto que buscaba, la silla vacía de su principal competidora. Un regalo que hace que el entorno de la principal competidora se agarre la cabeza. Con eso, el oficialismo ya salió airoso. De hecho, el Jefe Comunal ni se tomó el trabajo de responder a ninguna de las críticas a su gestión que provenían fundamentalmente de Luana Simioni aunque también de Gabriel Crespi, el candidato del armado de Roberto Lavagna.

Garro, inmutable, como si nada. Se limitó a seguir su línea: habló de las obras hidráulicas cuatro días después de que varios barrios de la ciudad se hubieran anegado por el último temporal; mostró como logros las fuentes de trabajo generadas con los cuatro hoteles de lujo que se construyeron en su gestión a pesar de que la ciudad tiene un porcentaje de desocupación de 10,5%; y hasta revalorizó el rol del fondo educativo a pesar de que las reiteradas protestas en los últimos cuatro años por las malas condiciones edilicias de las escuelas.

Por supuesto, no estuvieron exentos de su discurso los aspectos más visibles de su gestión: las luces led (junto con los 82 kilómetros de fibra óptica), el SAME y la guardia urbana. Para contrapesar el problema del empleo, prometió créditos para pymes y que el Municipio saldrá de garante para comercios que quieran alquilar inmuebles.

El único debate

Solo una candidata se expresó con claridad a favor de la legalización del aborto, la del Frente de Izquierda, con su pañuelo verde en el puño derecho. Garro, también en la búsqueda de no perder votos, decidió ocultar su conocida postura en contra de los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y Crespi, que tiene una postura ambigua sobre el tema, también prefirió no decir nada. En tanto, el candidato del Frente NOS Marcelo Peña, no sólo tomó como bandera su postura “anti-derecho” si no que fue por más y prometió perseguir a los médicos que realicen abortos.

Justamente, por ahí vinieron los únicos contrapuntos de la noche. Peña se encargó de aclarar en reiteradas oportunidades que es “abogado penalista”, como si esa fuera la solución para todo. Y por si quedaban dudas, se ubicó lo más a la derecha que pudo: “Necesitamos que el platense vuelva a dormir tranquilo. La ciudad está preparada para blindarla. La mayoría de los delincuentes vienen de afuera, vienen de Varela, Berazategui”, afirmó y ante el abucheo del público (fue el único candidato abucheado de la noche), aclaró para oscurecer: “no estoy estigmatizando, no quiero que suene a facho”.

Ante semejantes frases, Simioni lo cruzó ni bien tuvo la primera posibilidad de contestarle, y lo desenmascaró: “No me sorprende esa actitud de Peña. Fue defensor del policía José Salmo, quién le disparó a Carla Lacorte en el 2001 por la espalda, y fue defensor del cura Von Wernich”, el excapellán del Servicio Penitenciario, único miembro de la Iglesia condenado por delitos de lesa humanidad durante la última Dictadura. La candidata del Frente de Izquierda aprovechó el momento para señalar la responsabilidad de la cúpula eclesiástica en el genocidio, y exigir la “separación de la Iglesia del Estado”.

Simioni, además, utilizó sus minutos en el debate para señalar los altísimos porcentajes de desocupación y precarización laboral que hay en la ciudad, particularmente entre las mujeres y la juventud. En ese marco le habló directo a Garro: “Lo que agrava este panorama es que la principal agencia de desocupación es el Municipio, con la contratación de cooperativistas que no tienen ningún derecho. Es un fraude laboral que no inventó la actual gestión, y que se tiene que terminar. Las cooperativas tienen que pasar a planta permanente”.

“La Plata es la capital de las constructoras inmobiliarias”, señaló por otro lado Simioni, y apuntó a las miles de familias que viven en asentamientos al tiempo que remarcó la necesidad de derogar el Código de Ordenamiento Urbano. “Hay hoteles de lujo mientras hay personas que viven en las peores condiciones”, le enrostró al Jefe Comunal.

Desde ya, también fue la única que mencionó el 34º Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, y retomó las luchas contra la violencia machista. “La ciudad de La Plata es la tercera más poblada de la Provincia tiene apenas un sólo centro integral para mujeres víctimas de violencia. Pero además en ese lugar las trabajadoras están precarizadas. Señor Intendente, como dicen las trabajadoras: la precarización es violencia”.

También le señaló a Garro la monopolización del transporte de colectivos en la ciudad, la subejecución presupuestaria en las áreas de niñez y levantó como propuesta la triplicación de ese presupuesto. Por último, también le contestó la reivindicación que el Jefe Comunal hizo del Servicio Alimentario Escolar: “no se puede reivindicar eso sin consultar a los auxiliares y docentes, para ver los malabares que hacen para darle de comer a los pibes”.

Al margen

Por su parte, el ingeniero Gabriel Crespi transcurrió el debate buscando salir de su acartonamiento implementando slogans al comienzo de cada frase, y apuntalándose en algunas de las propuestas de campaña. No confrontó duramente con Garro, pero sí le criticó algunos aspectos de su gestión. En el balance global del debate, pareciera que no sumó ni restó, estuvo casi al margen.

“Tenemos que discutir entre todos de qué vamos a vivir en esta ciudad. Debemos cambiar la matriz productiva de nuestra ciudad. Hoy tenemos 100 nuevos pobres cada día, tenemos 46 mil vecinos sin trabajo. La mitad de la población tiene problemas de empleo. La Plata tiene potencialidades, tiene tierras productiva y el conocimiento de la universidad”, dijo al principio.

Luego, enumeró una serie de propuestas vinculadas a la instalación de más cámaras y la mayor presencia policial (corriendo por derecha al oficialismo), a la descentralización administrativa, a la construcción de un presupuesto de forma participativa, y a una mejor utilización del fondo educativo. Habló de bandas de rock de la ciudad y buscó levantar cierto “sentimiento platense” que según sostiene, se ha perdido.

Palabras más, palabras menos, en un debate que ya se avecinaba incompleto, cada uno de los candidatos y candidatas hizo su juego y buscó aprovechar el momento a 11 días de las elecciones, cuando ya las cartas están prácticamente todas echadas.

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