De los cientos de grupos que surgen en La Plata este viernes tocan tres particulares: una que llega desde Necochea, otra de pibas encendidas y, los organizadores, Túnel a Marte: cuatro amigos de toda la vida que se reunieron para cumplir su sueño del presente. Hablaron con Pulso Noticias y contaron sus sensaciones.
Por Ramiro Laterza
Túnel a Marte es una banda local que comenzó hace poco más de un año pero que viene con una experiencia vital importante en la ciudad. Se trata de una banda de rock nacida entre juntadas de cuatro amigos, tres de ellos son de Necochea y que ya tienen 15 años en esta ciudad; el cuarto, más joven, neuquino.
Este viernes 13 de septiembre se presentan en el Centro Cultural Daniel Favero (117 y 40) junto a DeRaras (mujeres del palo del punk) y Pasajeros (otro grupo Necochea), en un varieté denominado Lanza Las Llamas, en su segunda edición, el cual autogestionan.
Una de las características es que tres de cuatro son comunicadores. Por eso, para Nacho, su cantante, la propuesta del grupo “es propositiva y en sus fuerzas descontroladas quiere contagiar a quienes la escuchen de un ánimo vital, justamente el que el sistema quiere limar para vernos resignados a él”. Para él se trata de “una oportunidad para decir, cuestionar, gritar, incomodar o sorprender desde la música”.
En ese sentido, y desde la corta vida del grupo, pero la importante experiencia vital en La Plata, los shows tienen como característica la autogestión: “Somos nosotros con toda una banda de personas que nos ayudan a pensar escenario, luces, sonido, difusión y demases… no recae sobre ninguna persona particular sino sobre el conjunto la responsabilidad de pensar y ejecutar la totalidad de las tareas que un toque requiere”, explica Nacho, productor de cervezas. “Eso está muy bueno porque nos hace pasar a todes por funciones operativas enriqueciendo nuestro lugar de creatividad y expandiéndonos como personas”.
El bajista es Facundo “El Faka”, quien explicó una realidad en el grupo: la experiencia de vivir hace unos 15 en la ciudad, su cultura, la noche: “la verdad es que de una manera u otra veníamos tocando con guitarras criollas y canciones ricoteras durante muchos sábados”. Y agregó respecto a la edad: “fue muy loco lo que nos pasó, porqué nos volvió la vitalidad de la adolescencia y los primeros sonidos eléctricos pero con mucha más tranquilidad y calma, creo que de alguna manera eso también ha ayudado a que no sólo somos un banda de rock sino también como un grupo de contención y apoyo mutuo, supongo la cuestión de estar haciendo canciones en esta etapa de nuestras vidas no estaba en la cabeza de ninguno”.
Lo cierto es que también forman parte de un equipo de fútbol que tiene 14 años, se llama “Papelillo Fútbol Club y desde ahí los cuatro comenzaron a formar la banda. Para el Faka, productor audiovisual, hoy en día el grupo es “ese refugio que encontré para pensar que el mundo todavía puede ser un lugar mejor, aunque a veces solo tenga ganas de fugarme a Marte”, bromea.
Para el más joven del grupo, el neuquino, Aymar, Túnel a Marte es un proyecto que “al comienzo tenía el objetivo de liberar la cabeza de la rutina laboral pero sobre todo para encontrase, reír y compartir, al poco tiempo comenzó a tener más lugar en la agenda de cada uno”.
Y respecto al nombre indica que “se
remite a un lugar (el túnel) que nos teletransporta al planeta
Marte, de esta manera nos despojamos de nuestros trabajos y problemas
pero sobretodo, de la mente y nos disponemos a sentir y viajar… es
nuestro lugar donde nada importa, solo la música y lo que eso
genera”.
“Para mí Túnel es mi vida, es algo
que nunca creí poder volver a ser parte, volví a los 16 años
cuando vivía en calles de tierra y ensayábamos en garages precarios
de abuelo de algún pibe del barrio”, expresó.
Finalmente el primer guitarrista, Matías “Mato” Martínez, es un veterinario que no tiene redes sociales pero explicó sobre la noche del viernes: “vamos a estar haciendo temas propios que cuesta encasillar en un estilo… son temas de rock con pasajes quizás mas poperos o viceversa, con las influencias que cada uno trae, lo que escuchamos ahora y lo que va saliendo cuando nos juntamos”.
Matías también rescató la puesta en escena que se va a generar: “A cargo de Marian y Lucho, amigos y parte de este colectivo, que se encargan de pasar proyecciones y de las luces, en un marco autogestivo”. Para este violero, el proyecto comenzó siendo un viaje o “un túnel” a ese lugar para olvidar la rutina y fluir con amigos, “me devolvió el placer de tocar y aprender… la verdad es que hoy me cuesta imaginarme sin esto”, expresó.
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