Después de una larga espera finalmente esta tarde comenzó la Copa del Mundo de fútbol femenino, y lo hizo con una goleada que invita a las dueñas de casa a creer que el objetivo es posible: Francia aplastó a Corea del Sur por 4-0, y dio el primer paso hacia el sueño del título.
La apertura del marcador llegó antes de los diez minutos a través de Eugenie Le Sommer, goleadora histórica de les Bleus que con este tanto llegó a 75, luego de un dominio abrumador en los minutos iniciales, en los que Corea ni siquiera consiguió pasar mitad de cancha.
Luego del primer tanto las galas siguieron yendo y marcaron el segundo, pero el VAR lo anuló por un offside milimétrico. Ahí fue cuando apareció Wendie Renard, la jugadora más alta del Mundial, que aprovechó su 1,87 de estatura y clavó dos cabezazos antes del descanso para decretar el 3-0.
En el complemento el equipo local bajó ostensiblemente el ritmo del partido, consciente de que el pleito estaba liquidado, con el objetivo de ahorrar fuerzas y preservarlas para sus próximos partidos ante Noruega y Nigeria, que se enfrentarán mañana.
Igualmente, sobre el final del partido, hubo una emoción más: la capitana Amandine Henry, conocida por su gran pegada, hizo gala de su buen pie y clavó un zapatazo desde afuera del área casi en el ángulo, anotando un 4-0 que, ahora sí, sería definitivo.
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