La Ciudad de Buenos Aires amaneció ayer con la Plaza del Congreso dividida en dos. A partir del mediodía, el lado izquierdo comenzó a teñirse de verde: banderas, carpas, luces, pinturas y purpurina, todo esto acompañado de música y bailes. Fueron más de un millón de personas -principalmente mujeres- las que invadieron las calles Rivadavia y Callao hasta Corrientes.
En tanto, el lado derecho comenzaba a perfilar su color celeste: cerca de dos mil manifestantes bajo el lema “salvemos las dos vidas” poblaron Entre Ríos y montaron un escenario.
A pesar de las bajas temperaturas que hubo durante las 22 horas que duró el debate en Diputados, la vigilia fue real y cientos de mujeres, entre ancianas, niñas, jóvenes, lesbianas, gays y trans, se vieron abrazándose, besándose, riendo y festejando en la calle, en un encuentro que se volvió un verdadero tsunami verde.
Esta mañana, 129 diputados de los diversos bloques votaron la legalización y despenalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, lo que insta a que sea la Cámara alta la que de una vez por todas convierta en ley un proyecto que busca reducir la cantidad de muertes de mujeres por abortos clandestinos al año.
En 1920 se legalizó por primera vez el aborto en un país: fue en la Unión Soviética. Después de casi cien años, la Argentina podría marcar su historia con este hito. Una deuda que el movimiento feminista está probando que no va a dejar pendiente.
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