Te contamos cómo es la Villa Olímpica por dentro, cómo es vivir allí y que planes hay para este sitio a futuro. Fotos del enviado de Pulso Noticias
Por Juan Caamaño especial para Pulso Noticias
Mucho cambió desde hace cinco años cuando Buenos Aires fue elegida para albergar esta edición juvenil. No solamente la actualidad del país, sino también el proyecto con el que se ganó la sede. Gran parte de los escenarios fueron relocalizados, pero tal vez el más importante de todos, y que paradójicamente no tiene competencia deportiva, se edificó en donde se preveía desde un inicio. Hablamos de la Villa Olímpica, la casa de los atletas.
Iniciadas las obras en mayo de 2016 y finalizadas dos años después, este complejo abrió sus puertas el día 2 de octubre recibiendo a los 4012 jóvenes de entre 14 y 18 años que durante estas 12 jornadas son los grandes protagonistas de los Juegos.
Ubicada entre las Avenidas Fernández de la Cruz, Lacarra, Coronel Roca y Escalada, al sur de la Capital Federal, más precisamente en Villa Soldati, hoy este sitio alberga a un total de 6.700 personas entre deportistas, integrantes de los cuerpos técnicos y delegados de cada nación.
A través del Media Day, único día en el que el comité organizador permite a un sector de la prensa la posibilidad de recorrerla, pudimos observar desde adentro este lugar emblemático para los Juegos y que el espectador no conoce demasiado. El hermetismo que rodea a este lugar es fundamental para que se pueda mantener la privacidad de los atletas. Es el momento en el que ellos pueden huir de la exposición mediática y relajarse de la competición.
El hogar de los atletas
El complejo consiste de 1.159 departamentos distribuidos en 30 edificios, en donde las 206 delegaciones han sido distribuidas en forma aleatoria. Sin embargo, previamente algunos Comités Olímpicos Nacionales establecieron acuerdos para poder compartir sitios de convivencia según algunas características en común, como lo pueden ser la facilidad de idiomas o zonas de asistencia mutua.
Como sucede generalmente en este tipo de eventos, el país sede es quién registra la mayor cantidad de participantes y es por esa razón que la Argentina ocupa todo un edificio en donde se alojan los 142 representantes locales junto a sus entrenadores y tutores.
Por otra parte, no todos los departamentos son iguales ya que van desde uno hasta tres ambientes, pero si mantienen en cada uno ciertas reglamentaciones tales como el límite máximo de cuatro personas por habitación con baño.
A su vez, actualmente dentro de la Villa existe una sala de primeros auxilios que se mantendrá hasta el final de los Juegos, lo mismo que el gimnasio, el cual funciona debido a un convenio con un patrocinante oficial.
También hay un supermercado general para que las delegaciones puedan acudir cuándo lo necesiten y hasta un cajero automático en donde los jóvenes pueden hacer sus extracciones bancarias sin mayores problemas. Se busca que los atletas tengan las comodidades básicas necesarias para poder llevar su vida con cierta normalidad.
Vivir en la Villa Olímpica
En esta miniciudad los chicos constantemente se cruzan con deportistas de otras culturas y de otras disciplinas. Esa particularidad es un sello bien distintivo del mundo olímpico.
De hecho, esta versión juvenil busca generar un ambiente aún más distendido que los tradiciones Juegos de mayores, tal es así que, por ejemplo, los departamentos a pesar de tener las conexiones de gas instaladas, no poseen cocinas, obligando a los atletas a visitar el comedor donde se cruzan con el resto de las nacionalidades y deportes. Allí conviven tanto los ganadores de medallas como los que no pudieron triunfar en competencia.
A su vez, constantemente se fomenta la participación de los jóvenes a través de las actividades culturales, karaokes, y otras formas de entretenimiento, que generalmente se localizan en la zona internacional de la Villa. Esta búsqueda de socialización es un aspecto clave para el Comité Olímpico Internacional en este tipo de eventos.
De hecho, entre los chicos es furor la utilización del Yogger, un dispositivo electrónico con conexión bluetooth que los deportistas cuelgan junto a sus credenciales. Este aparato con forma de manito digital permite intercambiar perfiles, redes sociales y distintos datos personales con sus pares tan solo con apoyarlos entre sí. También, al presentarse a los distintos eventos sociales suman puntos para canjear por objetos de merchandising de Buenos Aires 2018.
Por otra parte, los jóvenes tienen libertad para moverse, incluso para manejarse fuera de la Villa, siempre y cuando tengan el permiso de los profesores o padres.
A pesar de las libertades que se les conceden, una de las normas más importantes a respetar dentro del complejo es el horario de silencio en la zona residencial el cual comienza a las 22. Fuera de ese límite no se desarrollan más actividades oficiales hasta la mañana siguiente.
Una de las principales diferencias con respecto a la versión tradicional, se refleja en la estadía en la Villa. En la competencia de mayores, los atletas que finalizan su participación no pueden quedarse en el complejo debido a la necesidad de que esas habitaciones sean ocupadas por los deportistas que compiten en la segunda parte de los Juegos. Aquí no hay apuro de irse, incluso se busca que los chicos se queden y continúen disfrutando del evento, puedan recorrer la ciudad y sigan relacionándose con sus pares. Hasta el 21 de octubre, tres días después de concluidos los Juegos, podrán permanecer en el lugar.
De hecho, la ceremonia de clausura por primera vez se desarrollará en la misma Villa, buscando generarse así un festejo más íntimo, aunque también existan motivos económicos de fondo, debido a los altos costos que estos Juegos han significado para los ciudadanos porteños.
El futuro del lugar
Tras esta competencia, la Villa Olímpica se transformará en un nuevo barrio, el cual forma parte de un proceso de urbanización en el Parque de la Ciudad, en la Zona Sur de la Capital Federal.
Además de los edificios mencionados el complejo contará con un Jardín de Infantes, que actualmente está funcionando por fuera de la Villa y con la cercanía, a pocos metros sobre la Avenida Fernández de la Cruz, del Hospital Cecilia Grierson.
A su vez frente a este sitio se trasladará el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) aprovechando las instalaciones construidas en el Parque Olímpico.
Para marzo del año próximo se estipula que se entregarán los departamentos, los cuales ya están preadjudicados. El 50% de los mismos estarán destinados para familias de la Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano) tal vez la más postergada de la Capital Federal. Un 10% serán para personal policial y otro 10% para trabajadores docentes. El restante 30% es una incógnita. Muchas dudas acerca del acceso a los mismos recaen en que el costo de cada una de las viviendas no excedan las posibilidades para los ciudadanos de esta zona que hoy está en boca de todo el mundo deportivo.
“Viví el futuro” es el slogan de Buenos Aires 2018. Los chicos ya lo tomaron como propio. Esperemos que tras los Juegos, los vecinos puedan sentir lo mismo.
Frases de los deportistas
“Es una experiencia súper linda, nunca nos tocó vivir algo por el estilo y es algo nuevo que estamos disfrutando”. Rosario Soto, integrante de la selección de beach handball y jugadora de Estudiantes de La Plata.
“Esta buenísimo, muchísima gente de otros países, de otras culturas y de otros deportes también, que tal vez uno está acostumbrado a viajar pero siempre con gente del mismo deporte y ahora es todo muy nuevo así que disfrutando y aprovechándolo al máximo”. Martín Bentancor, representante nacional de tenis de mesa.
“Aprovechamos a conocer otros deportes que no sabíamos que formaban parte del cronograma, preguntamos sobre otras disciplinas para aprender cómo se juegan y, a pesar del tema del idioma, tratamos de comunicarnos como se puede, es divertido”. Brenda Churín, deportista platense, participante del beach volley.
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