Antes de presentarse este sábado a las 21 horas, la cantora habló con Pulso Noticias y dijo: “La represión en La Plata me dejó un nudo en el estómago”. La música como refugio y el legado de los artistas
A los 9 años empuñó una guitarra en su Corrientes natal, presagio de toda una vida luchando desde el canto y la poesía contra un mundo de injusticias. Pero la carrera de Teresa Parodi comenzó en los escenarios del país junto a Astor Piazzola, y son inolvidables sus duetos con Mercedes Sosa, Pablo Milanés o Antonio Tarragó Ros. Siempre rodeada de artistas populares, sensible a su tiempo, vivió con horror las escenas que en los últimos días convirtieron al centro de nuestra ciudad en una tormenta de gases y balas de goma.
“La represión en La Plata me dejó un nudo en el estómago. Después de todo lo que pasamos como país (tengo recuerdos terribles de eso) no puedo creer que un gobierno recurra a la represión para detener un reclamo justo de un pueblo que está siendo ahorcado, pisoteado en sus derechos. Quedarse sin trabajo provoca mucho dolor, es un momento crítico, porque el proyecto político que nos gobierna hoy es la exclusión, es un sector que piensa que el Estado tiene que prescindir de su rol de cuidar a las mayorías”, dijo Parodi a Pulso Noticias. Este sábado a las 21 horas tocará las canciones de su último disco, Todo lo que tengo, y su clásico repertorio en nuestra ciudad, y en esta charla no esquivó ningún tema.
Identificada con la gestión anterior (fue la primera ministra de Educación del país, entre 2014 y 2015), Teresa dijo entender y abrazar a la UNLP y su reclamo contra el recorte universitario, pero lo que no muchos saben es que su compromiso con la educación comenzó hace mucho, en Misiones, donde migró para ser maestra en una escuela rural a sus veinti tantos. “Fue un momento muy intenso en mi vida”, recordó, segura de que allí “veía al país como sólo se puede mirar desde esos lugares recónditos, en la inmensidad de nuestro territorio, donde hay una desprotección muy grande”.
Esa experiencia la acompañó toda su carrera. Tareferos, cosecheros, Pedros canoeros han pintado los paisajes de sus canciones, teñidas de litoral. “Soy correntina, es mi primer lenguaje, el que no puedo negar porque fluye con mi música. Quise como autora y compositora, hacer un aporte a la música de mi tierra, dejando un repertorio que hablara de estas tierras, de cómo vive, piensa y siente su gente”, aseguró la artista.
Estoy viva en las palabras, en la tela del pañuelo, en la historia de los pueblos que lucharon por sus sueños, canta en su último disco Teresa junto a Miss Bolivia. El Chango Spasiuk, Juan Quintero y Pedro Aznar son solo algunos de los artistas que lo acompañan. Cantó con todos y todas, pero tiene claro que cada generación va haciendo su aporte, y hoy la deslumbran también los que vinieron después. “Me emocionó cantar con Mercedes Sosa, con Zitarroza o Piazzolla, pero hoy me pasa lo mismo con Luciana Jury, Liliana Herrero o muchos otros”.
Con los artistas de todas las generaciones comparte un refugio, que hoy cree tan necesario. Antes de cortar la comunicación, todavía conmovida al hablar de la situación del país, quiere poner un último acento: “Creo que las expresiones artísticas son un refugio extraordinario, sobre todo la música, y cualquier pueblo que se siente oprimido y reprimido, excluido, se refugia en la cultura. Eso es lo que está pasando en la Argentina de hoy”.
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