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lunes 29-04-2024

Entrega de legajos reparados en el Nacional: “¿dónde estarían hoy esos compañerxs?”

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¿Dónde estamos nosotrxs? La familia Tello Biscayart fue una de las que ayer recibieron los mas de cien legajos reparados a estudiantes, graduados y trabajadores del Colegio Nacional “Rafael Hernández” que fueron víctimas del terrorismo de Estado entre los años 1974 a 1983

La entrega se llevó adelante en el marco del Programa de Reparación de Legajos, coordinado por la Dirección de Políticas de Memoria y Reparación de la secretaría de Derechos Humanos y Políticas de Igualdad de la UNLP.

Cuando subieron a recibir el legajo reparado de Marcelo, sus hermanos Pablo y Rafael, y su primo, Eduardo Pereyra Rossi, la hija de Marcelo, Ana, leyó esto: 

“Hace unos meses Raquel Robles escribió sobre el ejercicio de la memoria, mas puntualmente sobre el ejercicio de la memoria que hemos hecho en estos últimos tiempos: si nos detenemos un momento a mirar cómo se han planteado los homenajes a las víctimas del terrorismo de Estado, cómo se recuerda el 24 de marzo en las escuelas, cómo son actos los oficiales, los que antes hacíamos a fuerza de calle, sangre, sudor y lágrimas y ahora están oficializados, veremos que los hechos están narrados en pasado simple. Y eso es un problema. Porque el pasado, ya se sabe, no es simple’. 

Raquel nos propone una narrativa que cuestione el pasado simple, estático, sin preguntas, sin desacuerdos. Un pasado de héroes limpios sin contradicciones, es un pasado de eventos que ya sucedieron y cuyos efectos ya terminaron. Y es un pasado cuya narrativa queda estancada en monumentos, actos conmemorativos y reparaciones. Nos habla poco hoy. Y no alimenta nuestro presente.

Hemos formado parte de las conmemoraciones, o nos hemos ausentado activamente justamente por sentir estas contradicciones. Hoy estamos acá poniendo esto en juego, para incomodarnos, para cuestionarnos y porque entendemos que si están acá, es porque algo de lo dicho quedará resonando para lo que se viene. 

En estos días, donde el negacionismo pretende instalar su versión de la historia, la naturalización de discursos de odio y la persecución política hacia quienes se opongan hoy (y no en los 70’) al brutal ajuste que nos propinará el FMI, gane quien gane, hagamos un simple ejercicio, como propone Raquel, y escuchemos qué decían nuestros compañeros desaparecidos sobre el FMI. 

‘Por obra y gracia de este gobierno anti obrero y anti popular, todos lo sectotres trabajadores de la sociedad argentina estamos conenados a pagar esta crisis producida por los grandes capitales, los monopolios, el imperialismo, y los especuladores… a los obreros y demás trabajadores que dependemos del salario se pretende condenarnos a unos sueldos de hambre, se nos quiere condenar tambien a que nos sea imposible mandar a un hijo a la escuela, que compremos un remedio o un tarro de leche. ‘Todo ello para enrriquecer a la a los señores de la Sociedad Rural, a los monopolios, al FMI, y a quienes desde los puestos políticos como funcionarios han robado millones y milones de pesos al pueblo. Diario del  10/3/1976’. 

El texto tiene una actualidad pasmosa, y acá vienen las interpretaciones no tan simples, sobre el pasado y el presente. Hoy daremos nuestra versión, como un acto incomodante y también como un insumo, para nosotres, que hoy homenajeamos a nuestros desaparecides, que fueron secuestrados en la dictadura por luchar contra los sueldos de hambre, por el acceso a la educación, y a la salud, y para ello, tomaban fábricas, tomaban facultades, salían a la calle cortaban las rutas, y también tomaban las armas.

Tal vez en esto estemos todes de acuerdo, nuestros desparecidos eran luchadores populares.

Volvamos a Raquel: ‘para poder pensar en el futuro no nos queda otra que conjugar el pasado en todas sus declinaciones. Para que se entienda que no es un pasado simple sino una continuidad narrativa que afecta lo que estamos viviendo’.

Necesitamos una narrativa que afecte nuestros días, que nos comprometa con las luchas que hemos encarnado lo largo de nuestras vidas. Necesitamos un pasado, no tan acartonado que nos involucre hoy en las luchas. ¿Donde estarían hoy nuestros compañeros? ¿Donde estuvimos nosostres? 

Después de la dictadura luchamos por una Democracia donde se coma y se cure y se eduque, luchamos contra el punto final y la obediencia debida, hicimos escraches en los 90 porque entendíamos que la impunidad es la continuidad de los dinosaurios en el poder. Sostuvimos los juicios en los 2000, y queremos recordar que si hay algún sector que quedó impune de esos juicios, fueron los empresarios cómplices del terrorismo de estado, la oligarquía de los 70’, hoy llamada poderes fácticos. Estas que ahora fabrican monstruos como Milei, corriendo toda la agenda política hacia a la derecha, para hacernos votar lo menos peor, para que votemos voluntariamente el ajuste.

Pensar los DD.HH. hoy implica cuestionar el modelo de desarrollo extractivista que se lleva puesto los territorios y a sus habitantes, muchos de ellos pueblos originarios. Pedir por el cese de la criminalización de las luchas de los pueblos Mapuches en el sur, que tienen luchadores encarcelades, o encausades por defender el territorio, por defender el agua, por defender la naturaleza. Lo mismo pasa en Jujuy, donde se lucha contra el extractivismo del litio, cuyas ventajas defiende el progresismo actual, pero bien nos ha enseñado la historia, que las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas. 

Defender los derechos humanos es plantarse contra el ajuste, porque la pobreza avanza y se mueren los pibes en los barrios y la violencia crece sin un enemigo claro, sin nombre propio. Es también nuestra responsabilidad dejar los eufemismos y ponerle nombre al enemigo. 

Y Hablar de solidaridad hoy, es defender a nuestros luchadores, estemos un poco de acuerdo o más o menos de acuerdo. Es estar en las luchas contra el capitalismo despiadado todos los días, en todos los territorios.  

Es urgente organizarnos para frenar el avance del fascismo, generar una pedagogía antifascista. Cultura anti fascista es solidaridad con los presos por luchar, es dar batalla al racismo, es nombrar el gatillo fácil como crímenes de odio racial, es reconocer que la constitución de nuestro propio estado nación esta fundada sobre el genocidio indígena. 

Activar los derechos humanos hoy, implica por ejemplo, alzar la voz contra el genocidio perpetrado por el gobierno de Israel en Gaza. Miles de seres humanos civiles, entre ellos muchos niñes están siendo masacrados, mientras el occidente democrático mira para el costado. Esperamos por ejemplo un pronunciamiento de todas las universidades contra este genocidio actual. 

Se vienen tiempos difíciles, y reivindicar a nuestros desaparecidos es estar activos en las en las luchas de hoy, salgamos de la apatía y la obediencia, seamos solidarios, seamos críticos, seamos amorosos”. 

Nos vemos en las calles con los 30.000 presentes ahora y siempre!

Traficante de stikers. Julia no se acuerda cuando decidió convertirse en periodista, pero a los 11 años escribió un cuento: un fideo de barrio armaba una revolución en la alacena para no morir en la olla. Ella cree que ahí empezó todo, y puede que tenga razón. Nació en Bahía Blanca, una ciudad donde hay demasiado viento, Fuerzas Armadas y un diario impune.
En 2012 recibió un llamado: al día siguiente se fue a Paraguay a cubrir el golpe de Estado a Fernando Lugo. Volvió dos meses después, hincha de Cerro Porteño y hablando en guaraní. Trabajó en varios medios de La Plata y Buenos Aires cubriendo géneros, justicia y derechos humanos. Es docente de Herramientas digitales en ETER y dio clases en la UNLP y en la UNLZ.
Tiene una app para todo, es fundamentalista del excel e intenta entender de qué va el periodismo en esta era transmedia.

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