Hablamos con Juan Delú, colega de Radio Futura, que encabezó la tradicional vigilia sonora en un nuevo aniversario de la desaparición del testigo clave contra Miguel Etchecolatz
Hoy, 18 de septiembre, no es un día más para las organizaciones de derechos humanos y la sociedad en general. Se cumplen 17 años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el ex comisario Miguel Etchecolatz en La Plata.
López desapareció un día antes que se dictara condena por genocidio a la mano derecha de Ramón Camps durante el terrorismo de Estado en la provincia de Buenos Aires. Albañil, de 76 años, Jorge había sido secuestrado en octubre de 1976 y pasó por varios centros clandestinos hasta que en abril de 1977 fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo. Estuvo dos años preso hasta su liberación y decidió declarar en junio de 2006 en el juicio a Etchecolatz.
Un día como hoy, pero hace 17 años,había quedado con un sobrino en ir juntos a ver los alegatos del juicio cuando salió de su casa y se lo vio por última vez. No se ha podido dar con él desde entonces.
Juan Delú es periodista y se desempeña en Radio Futura, de nuestra ciudad. Cada aniversario por la desaparición de López, desde la emisora comunitaria realizan una vigilia nocturna para recordar el caso y seguir manteniendo vigente la figura de López como un exponente de la lucha contra el terrorismo de Estado. La programación comenzó anoche a las 21 y se extendió hasta hoy a las 8.
“Fue una larga noche, madrugada y mañana. Doce horas de aire. Hace 16 años que realizamos esta actividad. Estuvo muy potente, hubo muchas voces con diferentes perspectivas. Hubo muchos puntos de vista del caso López: desde lo judicial, la reflexiòn más social, la cultura, etc. Nos encaprichamos para que esta fecha no sea una simple efeméride, una fecha tradicional que se transforme en rutina. Hay un hecho criminal en vigencia que nos lleva a la pregunta del principio: ¿Qué pasó con López y quiénes son los responsables? No hay un solo procesado”, dice Juan en diálogo con La Primera Maraña, programa que coproducen Pulso Noticias y Radionauta.
En el contexto actual, con mensajes negacionistas y el avance de la derecha tras las últimas elecciones PASO, Juan cree que es necesario redoblar los esfuerzos en lo comunicacional tanto en el pedido de aparición de Jorge Julio López, como el sostenimiento de las políticas de Derechos Humanos y los juicios.
Al respecto, dice: “En estos años de vigilia, pocas veces estuvimos tan preocupados por el reverdecer de los discursos negacionistas. Hay que redoblar los esfuerzos desde lo comunicacional. Creo que en algun punto nos confiamos en que había -no una batalla ganada- pero sí un pacto social de repudio a la dictadura mucho más alto. Eso lo tenemos que seguir pensando y así será durante muchos años más. Es parte de la historia reciente, una marca muy fuerte. Y algunos sectores aprovechan para resucitar algunas confusiones. Frente a eso, hay que persuadir más, convencer, contar las historias de nuevo y contar nuevas. Hay muchas que no se conocen. Hay que despabilarse, moverse más rápido, pensar nuevas dinámicas. Es importante explicarle a la gente por qué es importante la historia de López, por qué se relaciona con su vida cotidiana.
El caso de López, además, sumó una particularidad en los últimos días, cuando se conoció que entre los contactos de Miguel Etechecolatz estaba el nombre de la actual candidata a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villaroel.
—¿Qué reflexión te merece la vinculación de Villaroel con Etchecolatz?
—Hace unos años no nos hubiésemos imaginado que quien podía gobernar la Argentina cuando se cumplieran 50 años del golpe de estado pudiera ser una persona como Villaroel, que la imaginamos siempre como parte de un sector outsider de la sociedad y la política. Si bien a ella no la teníamos en el mapa, sí sabiamos que estaba vincualda a Cecilia Pando. Es más: en el expediente judicial que investiga qué fue lo que pasó con López, Villaruel tuvo un montón de llamados con algunas personas investigadas, pese a que eso no significa que tenga una responsablilidad criminal. Pero forma parte de ese entorno.
—¿Crees que algunos acuerdos que habíamos construido como sociedad en estos 40 años de democracia hoy están amenazados?
—Puede ser que los consensos estén amenazados, pero de todas formas tengo una visión positiva sobre el supuesto aval que tiene la reivindicación del genocidio. Estoy casi seguro que no todos los votantes de la fuerza de Milei efectivamente piensan así. Es más, esos discursos afloraron bastante tarde. Tiendo a creer que el apoyo está más vinculado a la situación económica complicada que vivimos y una insatisfacción general. En un día como hoy, hay que reivindicar la capacidad de López de dar testimonio; de haber guardado evidencia en la memoria, en hojas y hasta con su propio cuerpo de lo que habìa pasado en la dictadura. Es parte del aprendizaje que nos debemos.
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