Arriesgar pronósticos de eventos deportivos a cambio de un rédito económico se volvió una actividad muy habitual por estos días. Sin embargo, arrastra siglos de historia. ¿Qué requisitos deben cumplir las casas de apuestas para funcionar en nuestro país?
En todas las transmisiones de la Liga Profesional Argentina se pueden ver anuncios y publicidades de apuestas deportivas. Los comentaristas invitan a los espectadores a jugar y los goles son patrocinados por las principales plataformas. Pero, ¿cómo llegó este nuevo fenómeno a nuestro país?
Más viejo que el fútbol
Las apuestas deportivas tienen una larga historia que se remonta a la antigua Grecia y Roma. Los pronósticos a cambio de un rédito económico en competiciones atléticas y carreras de caballos eran los más difundidos entre los griegos, mientras que los romanos iniciaron las apuestas en los combates de gladiadores. Además, esta actividad también era organizada de forma masiva por los Estados.
Más adelante, en la Edad Media, el juego cobró cada vez más popularidad entre los europeos, especialmente en Inglaterra, donde los caballos lideraban por lejos el mercado. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII que se establecieron las primeras casas de apuestas en el Reino Unido, masificándose entre la población durante la Revolución Industrial.
Lógicamente, con la aparición de la radio y la televisión en el siglo XX, el fenómeno creció exponencialmente extendiéndose por todo el mundo. Internet fue la tecnología que terminó por catapultar al sector.
Innovación no tan contemporánea
El inicio de las apuestas en línea se remonta a la década de 1990, cuando las primeras empresas de apuestas comenzaron a ofrecer sus servicios a través de Internet. En 1994, Antigua y Barbuda, un pequeño país del Caribe, aprobó la Ley de Juegos y Apuestas en Línea, permitiendo a las empresas de juegos de azar online solicitar licencias y operar legalmente desde su territorio.
Este hecho allanó el camino para el surgimiento de nuevas compañías, y en 1996, la empresa InterCasino lanzó la primera plataforma de juegos de azar con dinero real. Dos años más tarde, se crearía la primera sala de póquer en línea, Planet Poker.
Actualmente, existen numerosas casas de apuestas deportivas y casinos online que ofrecen una amplia gama de opciones de entretenimiento en todo el mundo. Incluso, con el surgimiento y auge de las criptomonedas, muchas compañías lanzaron sus plataformas de juego paraapostar con Bitcoin y otros cripto-activos.
¿Cuál es la situación del juego en línea en Argentina?
En Argentina, las apuestas online se encuentran en un estado de legalidad y regulación en constante evolución. En 2018, el gobierno de la provincia de Buenos Aires aprobó la ley 15.079, que permite la regulación de las apuestas deportivas en línea y de los juegos de azar en todo el territorio provincial.
Al día de hoy, varias empresas de apuestas en línea, tanto nacionales como internacionales, operan en el país bajo la regulación de la provincia de Buenos Aires. Estas empresas ofrecen una amplia gama de opciones de apuestas y juegos de azar, incluyendo pronósticos de partidos de fútbol, tenis y básquet, como también tragamonedas, blackjack y ruleta.
Medidas para garantizar la transparencia
Las casas de apuestas online deben cumplir con ciertos requisitos para ser legales y operar en el país. Por eso, muchos medios especializados del sector recomiendan a los usuarios cuáles son las mejores casas de apuestas de la Argentina.
En este sentido, como primera medida, los operadores deben contar con una licencia emitida por la Lotería Nacional de Argentina. La misma permite a la casa de apuestas ofrecer sus servicios en el territorio nacional.
Además, deben disponer de medidas de seguridad y privacidad adecuadas para proteger los datos y la información personal de las y los usuarios, así como prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
Respecto a los usuarios, la protección frente a posibles fraudes o prácticas engañosas debe estar garantizada por la plataforma. Esto incluye establecer límites en las cantidades apostadas, proporcionar información clara y transparente sobre los términos y condiciones de las promociones, y contar con medidas para prevenir y tratar la ludopatía.
