Aunque el Bacará es un juego de casino tradicional y que ha formado parte de la oferta de las salas desde hace mucho tiempo, es cierto que actualmente no figura entre los preferidos de los usuarios. Sin embargo, son muchas las que están apostando por ponerlo de nuevo de moda, celebrando incluso torneos de Bacará entre sus jugadores.
Para poder destacar en estos torneos es fundamental conocer bien el funcionamiento de los juegos y también tener a mano algunas de las estrategias más utilizadas por los jugadores veteranos. A fin de cuentas, tal como pasa con otros juegos de cartas como el póker o el blackjack, aunque es cierto que este juego está basado principalmente en la suerte, también existen una serie de métodos con los que mejorar nuestras posibilidades.
Algo que es importante conocer para tener un mayor éxito a la hora de jugar, sobre todo si lo ponemos en consonancia con las tragaperras, tales como la Immortal rommance slot. Estas máquinas tragamonedas no tienen estrategias definidas y dado que funciona mediante sistemas de generación de números aleatorios el resultado a conseguir siempre es un misterio.
Qué es el Bacará
Lo primero que tenemos que saber antes de hablar de estrategia es qué es el bacara. Este juego de cartas es similar al blackjack, ya que el objetivo es que las cartas que tiene el jugador en la mano se acerque más al 9 o sume dicha cantidad, obteniendo una mejor valoración que las cartas que tiene la banca en mano. No obstante, esta puntuación se obtiene únicamente con dos o tres cartas, frente a la petición de carta sin límite que puede realizarse cuando se juega al blackjack.
A la hora de hacer ese cálculo, las figuras y los dieces valen 0 puntos, los ases valdrían 1 y el resto de las cartas mantiene su valor correspondiente. Para valorar la puntuación de la mano del jugador se tiene en cuenta únicamente la última cifra de la suma de ambas cartas. Por ejemplo, si un jugador tiene en su mano un 4 y un 7, la suma de ambas cartas sería de 11 y la puntuación de esa mano sería 1.
Una vez repartidas estas dos cartas, pueden darse dos situaciones. Si cualquiera de los dos jugadores ha conseguido 8 o 9 puntos, lo que se denomina una mano natural, se cierra la partida y se procede al pago conforme a lo que se establece en las apuestas. Si las manos de los jugadores no han llegado a esa puntuación, entonces estos pueden pedir una tercera carta, para mejorar la misma. Entregada esa tercera carta, se vuelve a realizar la valoración de las puntuaciones y se designa al ganador de la partida, que será el que más se acerca a los 9 puntos anteriormente.
El sistema de apuestas
En una partida de Bacará se enfrenta el jugador directamente contra la banca, aunque la apuesta se puede realizar de tres formas diferentes y con tres pagos distintos, que resumimos en la siguiente tabla.
- Si el jugador apuesta a favor de la banca, esta se paga a razón de 1 a 1 menos la comisión que el casino aplique.
- Si el jugador apuesta por sí mismo, esta se paga a razón de 1 a 1.
- Y si el jugador apuesta al empate, esta suerte se pagaría a 8 a 1.
Como podemos imaginar al ver los diferentes pagos de cada apuesta, es obvio que los resultados más frecuentes van a ser la ganancia de la banca o bien del jugador. La ligera ventaja que tiene la banca es que esta conoce la tercera carta del jugador antes de decidir si se da una tercera carta adicional, lo que supone una pequeña diferencia de las posibilidades de la banca de obtener premio. Los porcentajes concretos de este juego vienen siendo de un 46 % a favor de la banca, 44,6 a favor del jugador y en torno al 9,5% a favor del empate
La estrategia
Lo primero que debemos saber de cara a la estrategia es cuáles son las posibilidades de obtener cada una de las manos correspondientes. Esto depende, en parte, de la mano inicial. Cuanto más cercana sea nuestra mano a 7 menos deberíamos pedir una tercera carta. Recordemos que en caso de obtener una puntuación de 8 o 9 este es un natural y no se podría solicitar la misma. Cómo normal general, se recomienda que no se pida carta si se tiene una mano de 5 o mejor, ya que las posibilidades de reducir esa mano son considerables. De todos modos, eso también depende de la apuesta hayamos realizado, dado que si apostamos en favor de la banca y jugamos de una manera más arriesgada, es obvio que nuestras posibilidades de perder la mano y ganar la apuesta son mayores.
Otra estrategia habitual es mantener las apuestas al empate al mínimo posible. El motivo es que, considerando las probabilidades mencionadas anteriormente, aun cuando esta apuesta se paga a razón de 8 a 1, es obvio que existe una diferencia estadística considerable entre el pago real y la probabilidad de que se produzca el suceso. Como muestra, el pago de 8 a 1 implicaría una probabilidad teórica del 12,5 por ciento para el empate, mientras que la probabilidad real en términos estadísticos es del 9,5%. Así que este tipo de apuestas no serían las más recomendables.
Finalmente, no debemos olvidar que en el caso del juego online, la técnica de contar cartas no sirve de nada. En esta modalidad, los resultados se obtienen mediante un generador de números aleatorios que no tienen en cuenta los resultados previos. Por tanto, considerar las cartas que han ido saliendo en las partidas anteriores no serviría de mucho y solo sería útil contar las cartas que han salido en la propia partida. No obstante, salvo que se jueguen mesas con muchos jugadores, esto tampoco serviría demasiado.
